La oferta y demanda del metal rojo apuntan a un crecimiento moderado, aunque con desafíos en el horizonte.
El mercado del cobre ha vivido un año de altibajos en 2024, con máximos históricos en el precio y una volatilidad marcada por factores como la transición energética, la inteligencia artificial (IA) y la política global. Para 2025, los analistas proyectan una leve recuperación en la producción global y una demanda sostenida, aunque con riesgos asociados a China y los estímulos económicos.
Producción: Chile lidera, Congo sigue creciendo
Chile mantuvo su liderazgo en producción de cobre en 2024, con un aumento del 22% en Escondida y un crecimiento nacional del 6%, según datos de la Asociación de Minería de Chile. Para 2025, se espera que el país produzca entre 5,4 y 5,6 millones de toneladas de cobre, impulsado por proyectos como QB2. Sin embargo, el panorama global muestra una oferta estable, con aportes importantes de nuevas minas y expansiones en países como Uzbekistán, Perú y Mongolia.
Por su parte, la República Democrática del Congo (RDC) continuará como el mayor contribuyente de nuevas toneladas, gracias a proyectos como Kamoa Kakula y Tenke Fungurume, que consolidan su protagonismo en la oferta global.
Demanda: China sigue siendo clave, pero otros actores ganan terreno
La demanda de cobre sigue marcada por el rol dominante de China, que representa el 56% del consumo mundial. Sin embargo, la desaceleración en la construcción en el gigante asiático podría contrarrestar el impulso de la electrificación. Según Capital Economics, una corrección en el sector de la construcción chino podría reducir significativamente la demanda.
A nivel global, RBC Capital Markets estima un crecimiento del 2,9% en la demanda para 2025, con un mayor dinamismo fuera de China. “El presupuesto de la red estatal china será un factor importante, pero el estancamiento en las construcciones seguirá pesando”, señala el informe.
Perspectivas de precio: opiniones divididas
Las proyecciones sobre el precio del cobre para 2025 varían ampliamente. Goldman Sachs, a pesar de reducir sus estimaciones, prevé un promedio de $10,160 por tonelada. En contraste, Capital Economics proyecta un promedio de $8,000 para el final de 2026. Otras entidades, como Morgan Stanley y RBC Capital Markets, sitúan el precio entre $8,800 y $9,500 por tonelada.
Entre los factores que influirán en el precio están los potenciales reinicios de minas como Cobre Panamá y la evolución de los cargos de tratamiento, que este año alcanzaron mínimos históricos.
Conclusión: un mercado en equilibrio frágil
Aunque las proyecciones para 2025 apuntan a un crecimiento moderado tanto en producción como en demanda, los analistas advierten sobre la volatilidad. Las decisiones económicas en China, los avances en transición energética y el comportamiento de los mercados financieros serán determinantes en el futuro del cobre, el metal que muchos consideran «el nuevo petróleo».
Fuente: Mining.com