“El futuro del mundo tiene que ser distinto. Hoy enfrentamos desafíos como el calentamiento global, que desata una cadena de sucesos que tenemos que arreglar para poder contribuir. Por ejemplo, defendiendo la minería, porque sin ella no podremos detener el cambio climático; vamos a necesitar cobre y más minerales para la electromovilidad y otras tecnologías”, afirma Dominique Viera, vicepresidenta de Operaciones del grupo Metaproject.
Perteneciente a una familia de tradición minera, y también de “mujeres que hacían cosas”, no solo se ha involucrado profesionalmente en esta industria, también participando en diversas asociaciones ligadas al sector, como Aprimin y la Cámara Minera de Chile -siendo directora en ambas-, y también enfocadas en promover la inclusión y empoderamiento femenino.
“Trato de trabajar activamente y generar cambios”, afirma. Ese compromiso la lleva ahora a defender una minería que conoce de cerca, que es parte de su historia familiar, y que hoy -desde el mundo de los proveedores-, busca mejorar.
“Todo requiere de la minería, hay que defenderla. No soy de sentarme a ver cómo pasan las cosas, me gusta levantarme y apoyar. Espero que sean más personas las que piensen así y se unan”, afirma.
– Se suele decir que en Chile hay una desconexión entre la minería y el resto de los ciudadanos. ¿Que su padre fuera parte del ecosistema minero hizo que tuviera una percepción distinta?
Mi padre y también mi abuelo, que fue pirquinero, estaban fuertemente ligados a la minería, claramente eso te da una visión distinta. Pero también creo que esa desconexión se da en los que somos de la Región Metropolitana o la gente que vive en zonas no mineras.
En Combarbalá, por ejemplo -como muchos otros pueblos-, se ve como la comunidad, los servicios y todo lo que crece alrededor, está sumamente relacionado con el mundo minero, especialmente con la pequeña minería; se aprecia lo orgullosa que está la gente de trabajar ahí. Tienen cuentos, historias… se construye un mundo tan bonito, que hace que uno desde pequeño tenga otra predisposición. Es difícil que alguien te hable de que la industria minera es el enemigo, porque se ven las cosas positivas que trae para una comunidad.
– ¿Cree que la mayoría de las y los chilenos tiene una percepción errada?
Sí, creo que todavía cuesta cambiar la imagen que tiene el país de nosotros. Claramente no hemos sido muy buenos en mostrar todos los cambios que se han hecho; que estamos haciendo la cosas bien. ¿Falta aún? Por supuesto, no somos una actividad de impacto cero, pero estamos trabajando para que sea así. No tengo dudas de que en un futuro cercano se va a lograr generar una minería que no tenga mayores impactos .
Por eso, creo que lo que tenemos que hacer es promover más nuestra industria; enseñar desde los colegios lo que significa la minería, qué beneficios trae para la comunidad y cómo estamos abordando los procesos de operación, para no contaminar y generar pasivos.
– ¿Cómo responde a los cuestinaminetos de que la industria solo extrae minerales y no genera valor agregado o tecnología?
Cuando entras a la minería te das cuenta de que esta actividad involucra distintas ciencias; mueve todas las disciplinas de la ingeniería; en la minería hay puertos, caminos, hoteles, hay absolutamente de todo.
Además, la industria ha tenido un gran cambio con respecto del pasado. Existe conciencia de que tenemos que dejar un mejor planeta, que debemos contar con procesos que sean sustentables, sostenibles; lo que implica no dejar pasivos para las siguientes generaciones. Hoy se trabaja con equipos diversos, se ha dado pie para que la industria incorpore tecnologías más amigables con el medio ambiente.
Los proveedores hemos sido en gran parte promotores de estos cambios. Buena parte de lo que es la innovación, el desarrollo y la investigación minera, es fruto de estos actores y de las empresas que generan tecnologías para el sector.
La actual generación de los que estamos trabajando en minería, tenemos que hacernos cargo de cosas que ocurrieron en el pasado, de los cuales no somos responsables.
Una señal preocupante
– ¿Qué opina de que se esté hablando de nacionalizar las compañías mineras?
Claramente el que se haya aprobado eso, es preocupante; porque no puede haber bienestar social, que es lo que se está buscando, sin inversión.
Esto manda una señal de poca seriedad respecto de los acuerdos que hemos adquirido como país. Incluso en temas tan importantes como la propiedad minera, que además en Chile tiene un carácter judicial. Hay muchas cosas que se están pasando a llevar y que no se consideran.
– ¿Cuáles por ejemplo?
Están pidiendo con esto que el Estado haga de una inversión significativa, que no tiene cómo sustentar. Cochilco ha dicho que la inversión requerida para los próximos diez años en minería son US$68.000 millones; esto sin contar los varios miles de millones de dólares que significa mantener la minería privada operando. Tampoco se considera los puestos de trabajo que se van a perder, el gran impacto que va a generar.
Dar esta señal significa, además, decir a los inversionistas que todo puede cambiar. No es la idea, tenemos que ser un país serio; necesitamos inversión, porque eso provee de mayor recaudación, y así se pueden hacer muchas más cosas en temas sociales.
Se está hablando incluso de no pagar (indemnizaciones), de ir en contra de los privados. Creo que no es la guerra que tenemos que hacer hoy. Debemos enfocarnos en dar alternativas y señales que permitan mayor recaudación, a través de impuestos y, tal vez, mayor fiscalización, si es lo que preocupa; eso va a significar que podamos hacer más cosas.
Pero hoy es una muy mala señal.
“Las mujeres tenemos que atrevernos”
– ¿Cómo ha visto el proceso de mayor integración de las mujeres a las compañías y en los proveedores mineros?
La incorporación de la mujer ha ido en aumento. En la minería en general, como industria, estamos en un 12% de participación. Hay cargos que son más bien administrativos o de servicios, en que es más fácil avanzar, pero la tecnología ha permitido que en actividades que antes se necesitaba más fuerza física, también puedan ingresar las mujeres.
Hemos tenido un gran avance; en el último año aumentamos en un 57% la contratación femenina, respecto del anterior. Estamos cambiando paradigmas; recién en 1999 se permitió que pudiéramos entrar a las minas.
Los obstáculos que hoy tenemos son propios de la lejanía, los sistemas de turnos, pasa por temas personales. Creo que las mujeres tenemos que atrevernos; aprender a no ser juzgadas, porque muchas somos madres y estamos trabajando en sistemas de turnos. Obstáculos físicos o de capacidades son cada vez menos, es netamente interno.
Los proveedores siempre estamos dando una señal positiva. De acuerdo a una encuesta que realizó Aprimin, la participación femenina en el sector era de un 19%, esto es superior al total industria. Lo importante es que demos la posibilidad de que estas mujeres estén en puestos de toma de decisiones
El futuro es bastante auspicioso, porque una vez que se cambian los equipos, se comienza a pensar diferente. Y los equipos son cada vez más diversos.
– ¿Qué la ha motivado a tener una presencia activa en diversas entidades, como la Cámara Minera de Chile, Aprimin y RedMad?
He tenido el ejemplo desde mi bisabuela, que trabajaba; una familia de mujeres que hacían cosas, incluso a veces adelantadas a la época que les tocó vivir. También creo fuertemente que los que somos de alguna forma privilegiados, contamos estudios y un buen trabajo, tenemos una responsabilidad por generar cambios y dejar un mundo mejor, más justo.
Uno desde su “ranchito” puede hacer algunas cosas; pero cuando somos muchos, podemos lograr más. He pertenecido a diversas asociaciones, y en las que estoy ahora, trato de trabajar activamente y generar cambios; mostrar que si las cosas se han hecho siempre de una cierta manera, eso no quiere decir que estén bien; que podemos ser creativos, innovadores, tener equipos diversos, y así lograr grandes transformaciones y mejoras para nuestro país.