Reporte Icare y U. Adolfo Ibáñez: baja la confianza empresarial

Según el Índice Mensual de Confianza Económica (IMCE), de Icare y la universidad Adolfo Ibáñez, en marzo predominaron las visiones pesimistas. El análisis mostró que el IMCE de ese mes llegó a un nivel de 47,50 puntos, unos 3,7 puntos por debajo de los 51,19 registrados en febrero pasado. Esto en una escala en la que el valor 50 es un nivel neutral, y donde las visiones negativas se igualan con las positivas.

De esta manera, el IMCE se situó bajo 50, es decir, en la zona pesimista bajo en la que había estado entre noviembre y diciembre del año pasado. Hay factores tanto globales como locales afectando la apreciación empresarial, como la tensión geopolítica global, el debate constitucional y el alza de la inflación.

“A nivel internacional, la recuperación pospandemia ya estaba produciendo dificultades en las cadenas logísticas mundiales, generando presión de costos y escasez. La inflación afecta hace ya varios meses al mundo en general, y se ha visto exacerbada por el conflicto en Europa, con efectos sobre combustibles y alimentos”, dice Rodrigo Huidobro, gerente de Finanzas de Empresas Copec.

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Coincide Teresita González, socia y gerenta de Inversiones de Chile en la firma financiera CompassGroup. “El IMCE de marzo es un reflejo de un alto nivel de incertidumbre que se vive no solo en Chile, sino en el mundo: la guerra Rusia-Ucrania elevó los temores de un aumento en la inflación y en las tasas, lo que cambió las expectativas de la comunidad empresarial”. Esto, en un contexto en que el escenario local tampoco ofrece certezas, en medio de una escalada de la inflación.

“Esta semana, el Banco Central llevó la tasa de interés de política monetaria a 7% en respuesta a un contexto inflacionario elevado, lo que se suma a la necesidad de retirar los estímulos fiscales, con lo que la demanda interna se anticipa más limitada este año”, dice Juan Pablo Medina, economista en la escuela de negocios de la U. Adolfo Ibáñez.

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A esto se suman temas como los retiros de fondos de pensiones y su impacto en el nivel de precios, costo del dinero, volatilidad de precios de los activos y en las opciones de financiamiento. “Los cambios políticos, con la instalación de un nuevo gobierno, algunas nuevas propuestas regulatorias y, sobre todo, la incertidumbre natural que conlleva el proceso constitucional, conforman un ambiente en el que los agentes económicos tienden a postergar decisiones”, asevera Huidobro.

BAJA GENERAL

El retroceso en la confianza fue transversal a todos los sectores que componen la muestra, aunque en algunos casos fue leve. El sector Comercio bajó solo 0,75 puntos para mantenerse en 51,1. El sector de Industria, por su parte, bajó 0,65, para llegar a 51,29 unidades. Algo mayor fue el retroceso de Construcción, que cayó tres puntos, con lo que se hunde en los 32,54 puntos, su menor valor desde agosto de 2020.

En marzo fue el sector minero el que desequilibró al bajar en 14,4 puntos, hasta los 49,75. Esto se da por el comportamiento de un subindicador relacionado con las expectativas de producción, que tiene alta volatilidad debido al bajo número de encuestados que incluye. De todos modos, que el retroceso sea transversal es señal de alerta.

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“La caída en la confianza de todos los sectores representa un retroceso en uno de los activos que había mantenido la comunidad empresarial, consistente en un cierto optimismo que se había mostrado estable durante un largo período, incluso en algunas de las etapas más críticas de la pandemia”, dice Huidobro. Hay un subindicador del reporte que se destaca. Se trata de Expectativa en la Economía Chilena, que alcanza un índice de 33,3 puntos, su menor valor desde junio de 2020. “Esta percepción de la economía chilena por parte de los actores empresariales hará muy difícil la pronta recuperación de la tasa de inversión”, dice González, de CompassGroup.