Para enfrentar la crisis hídrica, el Gobierno creó el Comité Interministerial de Transición Hídrica Justa que será liderado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA). Esta decisión difiere de la de gobiernos anteriores, donde el Ministerio de Obras Públicas (MOP) era el que definía la estrategia y las decisiones en torno al agua.
La responsable de este comité será la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, experta en cambio climático y exdirectora del Centro de Resiliencia del Clima (CR)2 de la Universidad de Chile. “El tema del agua históricamente ha estado en manos del MOP que es un ministerio sectorial, que se preocupa de un cierto sector y por lo tanto las soluciones que puede promover son sectoriales, y la crisis hídrica es un problema sistémico”, dijo. “Es el MMA el que tiene un mandato de ver el tema en general de los recursos naturales y particularmente de los recursos hídricos, de manera sistémica e inclusiva, así que, con este cambio en la coordinación, estamos tratando de dar un giro de timón a cómo enfrentamos el problema”, afirmó la ministra.
El Comité Interministerial está compuesto por seis ministerios: Obras Públicas, Agricultura, Energía, Minería, Ciencia y Medio Ambiente. Su objetivos principales son dar respuesta a la crisis hídrica de forma urgente, pero pensando también a largo plazo. Para lograrlo se definieron siete ejes de trabajo: Derecho humano al agua; Infraestructura multipropósito para la transición hídrica; Institucionalidad, planificación territorial y política hídrica; Resguardo de ecosistemas -implementación de la reforma al Código de Aguas-; Investigación e información: acciones para obtener un sistema de información para la toma de decisiones; Educación ambiental y Financiamiento para la urgencia y el largo plazo.
Algunos de estos temas se vieron en la Mesa del Agua que lideró el MOP bajo la administración de Piñera, pero según contó la ministra, ahora serán coordinados bajo la visión más integral del MMA, porque es un tema que no se resolverá en cuatro años.
“Tenemos mandato dentro de la Ley Marco de Cambio Climático, de lograr construir un país resiliente al clima (…) Lo que ha ocurrido es que ha habido varias políticas, llega un gobierno nuevo y lo cambia todo, y eso no puede seguir ocurriendo. Tiene que ser un proceso que tenga un alto nivel de legitimidad y de consenso social, donde estén todos los actores involucrados para que cuando cambie el gobierno en cuatro años, esta política se mantenga”, explicó.
Que se haya formado una Comisión Interministerial de Transición Hídrica Justa, con ese nombre, no es al azar, sino que se apunta al compromiso del Gobierno con un nuevo modelo de desarrollo. Según la ministra, para cumplir este compromiso se requiere de una transición socio ecológica. “Son procesos que son ecológicos que van con la sociedad y son para mejorar el bienestar de las personas. Y el apellido justo es muy importante, para que los problemas se resuelvan sin que paguen los costos los de siempre o se beneficien los de siempre”, explicó.
Las propuestas del Comité se realizarán a través de una serie de medidas, como por ejemplo los Consejos de Cuenca. “La gracia es que los podemos implementar ahora, no necesitamos un cambio legal. Como Ministerio, nos juntamos hace un par de semanas con todos los gobernadores para ofrecerles implementar un piloto en que cada región escoja una cuenca, Chile tiene 101 cuencas, en que vamos a instaurar estos Consejos”, contó.
“En palabras muy simples, es una instancia participativa liderada por cada gobernador regional. Es poner en la mesa a los que siempre han estado y también a los que históricamente no han estado, porque la gobernanza de agua del país, además de estar enormemente fragmentada, también ha estado muy amarrada por el Código de Aguas. Hoy, los que se pueden sentar a la mesa son los que tienen los derechos de agua. En esa primera reunión que tuvimos con los 16 gobernadores, desde Arica a Magallanes, todos manifestaron problemas con la gestión del agua de una u otra forma”, detalló.
No es que se empezará de cero. Se implementarán los programas y planes que ya existen, pero en temas como reutilización de aguas, serán las cuencas las que decidirán qué se prioriza y qué no. “En relación a planes nuevos, queremos proponer sobre infraestructura, eficiencia hídrica y un plan nacional de desalinización. Algunos ya los dejó propuestos la Mesa del Agua, así que esto es más bien coordinarlo de una manera distinta. También pensar una política de largo plazo que pueda ser implementada por todos los gobiernos que vengan. El Tratado de Escazú será clave en esto, habla de información y de participación, lo que va muy en la línea con los principios del Ministerio”, precisó.
El agua y la convención
Uno de los desafíos que tendrá el MMA también tiene que ver con la áreas que estarán a cargo de concretar las decisiones tomadas sobre el agua. Al respecto, la ministra señaló: “Queremos concentrarnos en los temas donde hay alto nivel de consenso. Sobre cómo va a ser la institucionalidad a nivel nacional en la gestión del agua no hay consenso, porque efectivamente en el gobierno anterior decidieron que una Subsecretaría iba a ser el órgano coordinador principal”, explicó. Y agregó: “Se ha dicho bastante que debiera ser un ente autónomo. Entonces hay varias opciones todavía y lo que decidimos hacer es dejar eso para más adelante e ir viendo lo que diga la Convención Constituyente”.
Sobre lo que ocurrirá con el consumo productivo del agua, la ministra cuenta que la solución dependerá del comité. “Por ejemplo, en el caso de la cuenca del río Maipo, es aproximadamente un 50% de agricultura y un 30% consumo de agua potable para las personas. El tema es cómo nos repartimos esa agua. Y la prioridad, que lo dice la reforma al Código de Aguas, debe ser para consumo humano y también para que los ecosistemas sigan funcionando, porque si matamos todos nuestros ecosistemas, también nos vamos a quedar nosotros sin agua”, enfatizó. “De ahí en adelante, el resto será para la minería, para la agricultura, para usos industriales, etcétera. Pero, es esta mesa la que permite tomar esas decisiones, a partir de dos criterios: el uso humano y el uso hacia los ecosistemas”, concluyó.