Grandes empresas mineras como Codelco y BHP se propusieron alcanzar la carbono neutralidad de aquí a 2050. Sin embargo, el desafío que no solo se limita a las empresas productoras, según explica el líder de Minería Verde de la Corporación Alta Ley, Víctor Pérez, pues más del 50% de las emisiones en la producción de cátodos y concentrados de cobre surgen en la cadena de valor que integran sus proveedores.
Pérez explicó que las emisiones de los productos de cobre que produce Chile provienen de tres fuentes: alcance 1, que son controladas por las mineras como el consumo de combustibles fósiles en fuentes fijas y móviles como los camiones de extracción; las de alcance 2, emisiones indirectas generadas por la electricidad consumida; y de alcance 3, que provienen de la cadena de valor y que no están bajo control de las mineras.
Según explicó Pérez, la minería chilena tiene las emisiones de alcance 1 y 2 bien gestionadas o en proceso de gestión y bastante acelerada en relación al mundo minero en general. Sin embargo, precisó que para lograr una carbono neutralidad «es fundamental incorporar el alcance 3 que son todas aquellas actividades que están fuera del control de las empresas mineras». En esta categoría están los insumos, los servicios, la logística y la comercialización de los productos. «La industria del cobre necesariamente tiene que trabajar con sus proveedores de bienes y servicios y con sus clientes compradores del producto comercial, principalmente fundiciones y refinerías de China, para lograr que el cobre que llegue a los mercados, llegue carbono neutral», explicó.
La Corporación Alta Ley realizó un estudio del alcance 3 en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que detectó que hay ciertos insumos que tienen un peso específico muy relevante. «Si logramos focalizarnos en 8 a 10 insumos críticos estaríamos mitigando alrededor del 80% de la carga ambiental que tenemos en la minería», contó Pérez.
«Evidentemente que hay un foco con los insumos más críticos, más grandes e importantes como las bolas de molienda, explosivos, el ácido sulfúrico o la cal, pero la carbono neutralidad tiene que tomar en consideración todo el portafolio de participantes, de proveedores, sean medianos, chicos o grandes», explicó. Es decir, estos deben medir su huella de carbono, saber dónde pueden gestionarla y a partir de eso hacer un programa de inversión.
En este escenario, las empresas proveedoras competirán en procesos de licitación donde se va a considerar la variable de la huella de carbono. «Por lo tanto, va a ser un factor distintivo y es fundamental potenciar los proveedores locales», detallo Pérez, en el sentido de que se trata de empresas que tienen ventajas comparativas como la proximidad a las faenas y ls energías limpias.