Bernardita Fernández es una figura femenina referente dentro de la industria minera en Chile, porque su trayectoria profesional ha estado estrechamente vinculada al desarrollo de este sector. Se graduó de periodista de la Universidad Católica, y tras un breve paso por Revista Paula y otras actividades, ingresó en 1990 a Minera Escondida, donde llegó a ocupar la Gerencia de Asuntos Públicos y Comunicaciones.
Más tarde estuvo a cargo de la Gerencia de Asuntos Corporativos de Freeport-McMoRan Sudamérica y luego, de la misma posición en Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, donde se desempeñó hasta 2017. Actualmente está enfocada a ver asuntos comunitarios, desde la Sociedad Nacional de Minería, como gerente general de la Fundación Sonami. En esta entrevista, Bernardita nos habla de su experiencia y visión sobre el rol de la industria en estos temas.
– Tienes una extensa trayectoria en asuntos corporativos. ¿Cómo era en los años noventa ocupar esa posición en la minería, y desde sus actores privados, en comparación a hoy?
Muy distinta. En esos tiempos, la comunicación iba desde arriba hacia abajo; no se recogía tanto la opinión de las personas. Mientras que ahora, hay una creciente atención hacia las percepciones de la comunidad, que lleva a un círculo virtuoso que mejora la comunicación.
En temas medioambientales, yo diría que antiguamente la visión imperante entre las compañías, era: “entre menos salgas en la prensa, mejor”. Ahora, en cambio, se ha tomado conciencia del impacto de la industria minera y obviamente hay una mayor transparencia; lo que es positivo, ya que son muchos los esfuerzos que este sector hace para paliar sus efectos, mediante la implementación de las mejores prácticas a nivel mundial.
Además, hay nuevos conocimientos y conciencia de la relevancia de hacerse cargo del impacto sobre el medioambiente. Por ejemplo, sobre la huella de carbono de un producto.
– ¿Crees que las personas “no cercanas a la minería” conocen los esfuerzos que está haciendo la industria minera?
Creo que las personas están más y mejor informadas; ello a pesar de las fake news y de las desviaciones de información. Además, el mundo está muy consciente de la relevancia de cumplir con estándares de excelencia en sostenibilidad; por lo que esos temas están en la palestra en forma permanente.
La misma industria minera está mucho más alerta frente a los riesgos que se puedan generar y su impacto para la comunidad. Y se toman todas las medidas posibles para transparentarlos, minimizarlos y, en lo posible, anularlos.
FUNDACIÓN SONAMI
– ¿Cuáles son los proyectos en que está comprometida Fundación Sonami?
La Fundación se creó en 2001 y su principal responsabilidad ha sido el aporte en las áreas educacional y de capacitación para la industria minera, a través del apoyo a los pequeños mineros y a sus familias. Es así como tenemos un programa de becas, que es un beneficio que se entrega a los hijos de socios y de trabajadores de pequeños productores mineros, que forman parte de las Asociaciones Mineras de Sonami. Además, se beneficia de manera preferente a los que optan por estudiar alguna carrera relacionada con el rubro, impartidas en centros de formación técnica, institutos profesionales o universidades.
También estamos comprometidos con promover la incorporación de mujeres profesionales a la minería. En 2011 se estableció la Beca a la Mujer Minera, destinada a alumnas de la carrera de ingeniería civil plan común, de la Universidad de Chile, que hayan optado a ingeniería civil de Minas. Implica un aporte equivalente al 50% del arancel durante los estudios de esta especialidad, hasta la titulación.
– En materia cultural ¿En qué consiste el trabajo de la Fundación?
Tenemos un programa de apoyo a la Orquesta Filarmónica Regional de Atacama, agrupación musical conformada por músicos de esa región, y que se desempeñan profesionalmente en diferentes orquestas institucionales del país, también como profesores de música y en otras actividades.
Bajo la Ley de Donaciones, se colabora con la temporada de conciertos, para llevar música a distintos lugares de las zonas mineras, que están alejados de las principales ciudades y tienen un menor acceso a la cultura musical.
– ¿En qué otros proyectos están embarcados?
Tenemos muchos planes. Uno que nos tiene muy contentos, es que estamos trabajando en alianza con Sence, en un programa para capacitar a pequeños mineros que son adultos mayores, para que traspasen sus conocimientos a las nuevas generaciones.
Estos mineros pueden hacer un enorme aporte al fortalecimiento de la pequeña minería, porque tienen mucha experiencia en oficios del rubro, como perforistas, manejo de explosivos y mecánica. Pensamos que puede partir con un programa piloto, en Atacama.
- Y en lo personal ¿Cuál es tu desafío en este nuevo rol?
Mi principal objetivo es contribuir a que la pequeña minería crezca, con savia nueva, a través de la atracción de jóvenes; y pueda acrecentar su bagaje profesional y técnico.
La pequeña minería es una cultura particular. Y creo que podemos ser un aporte para que perdure y se fortalezca, mediante la capacitación y un reimpulso a la actividad. Porque los hombres y mujeres que viven de ella, respiran minería; aman la tierra.
