Un total de 45 mujeres de la región de Antofagasta se capacitó gracias al Programa de Mantenedoras y Operadoras de Plantas Concentradoras. Su objetivo es fomentar y potenciar las capacidades de las mujeres que se desempeñan en el rubro minero.
El Programa, que ya va en su tercera versión, duró tres meses. Luego de un entrenamiento intensivo en todo lo relacionado a plantas concentradoras, las estudiantes se graduaron en una ceremonia que se realizó en el Centro de Entrenamiento Industrial y Minero (CEIM), dependiente de la Fundación Educacional Escondida.
Una de las certificadas fue Karen Pastén, quien nació en la Oficina Salitrera María Elena y que reside en la ciudad de Antofagasta. “Hacer este curso me hizo enfrentar mis temores, volver a aprender algo nuevo, a demostrar las capacidades que tengo”, contó. “Tener la confianza para lograr un equipo de estudio, un buen equipo práctico, nos fortaleció bastante a cada una, ya que es una de las herramientas para enfrentarte a tus pares dentro de faena. Fue un proceso muy enriquecedor dentro de todos los puntos de vista”, agregó.
Otra de las beneficiarias fue Carolina Zepeda, de la comunidad de Coloso. Había trabajado antes en el mundo de la minería porque es administradora de empresas, pero nunca en el rubro en el que se certificó. “Es un logro y una satisfacción muy bonita. Doy gracias a todos los profesores que nos enseñaron aun sabiendo que no teníamos títulos de ingenieras, que hay muchas dueñas de casa, otras que tienen títulos que no tienen nada que ver y, sin embargo, se dieron el tiempo de enseñarnos”, dijo.
Loreto Valdés vive en la salitrera María Elena y entró motivada al programa porque buscaba una estabilidad laboral para dejarle una buena educación a sus hijos. “Acá estamos, cumpliendo sueños”, comentó. “Cuando se abrió esta vacante para el programa no dudé y postulé. Siempre tuve la perseverancia, la resiliencia de poder lograrlo y hoy estar acá. (A futuro me veo) jugándomelas todas», agregó.
Inclusión y diversidad
Minera Escondida I BHP promueve ambientes de trabajo libres de discriminación. Para ello ha desarrollado programas de equidad de género e inclusión de personas con discapacidad, comunidades LGBTQIA+, pueblos indígenas, entre otros. Hoy cuenta con una alta participación femenina: solo el año pasado se integraron 168 mujeres, pasando de un 11% del total de su dotación en el año 2016 a un 22,7% actual. Con ello, se convierte en uno de los líderes en representación femenina de la industria minera.