Autoridades y líderes de la minería comentaron con Alta Ley los desafíos que ven para el sector este año

Algunos de los principales representantes de la industria minera compartieron con Alta Ley cuáles creen que son las principales tareas y retos que enfrenta el sector para este 2023. Acá tienen las respuestas que entregaron:

Marcela Hernando, Ministra de Minería:
“La industria minera tiene varios desafíos que abordar. Sin lugar a duda, uno de los más importantes es el desarrollo de la industria del litio en el país. Como parte del programa de gobierno del presidente Gabriel Boric, desde el Ministerio el año pasado abordamos un trabajo interministerial para poder avanzar y concretar la Política Nacional de Litio, que esperamos anunciar próximamente.

Otro de los retos que tenemos como industria, no solo para este año, si no como una meta permanente, es la incorporación de más mujeres en minería. Es así como esperamos que a 2030 la participación femenina en este sector alcance el 20% y a 2050 un 35%.

A estos dos temas muy relevantes, se suma la necesidad de generar una economía circular, avanzando en el reprocesamiento de relaves; seguir avanzando en la generación de capital humano especializado; la incorporación de nuevas tecnologías en la pequeña minería; y el fortalecimiento de I+D que nos permita avanzar hacia una minería más sostenible para nuestro país.
Asimismo, para este año también esperamos tomar algunas decisiones respecto de nuestras fundiciones y refinerías”.

Willy Kracht, Subsecretario de Minería:
“Mantener o aumentar sus niveles de producción. Esto implica hacerse cargo de condiciones estructurales que empujan la producción a la baja, como por ejemplo la reducción progresiva de las leyes. Para avanzar en esta materia, deberíamos ser capaces de seguir con una alta actividad de exploración y generar soluciones de procesos y tecnologías para optimizar operaciones. Otro desafío importante corresponde a continuar perseverando en el esfuerzo que el sector está haciendo por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Este trabajo tiene que ir acompañado de la disminución progresiva de impactos locales. Desde el Ministerio de Minería valoramos los pasos de la industria en los últimos años, por definir metas de reducción de emisiones de CO2, lo que se ha traducido en acelerar la sustitución de energías fósiles por renovables y la adopción de tecnologías limpias en un proceso que tiene un alto potencial de transformación de la industria”.

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Jorge Riesco, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI):
“La industria minera tiene varios desafíos que debe abordar, como también el país los tiene respecto a la principal actividad productiva. En primer lugar, la industria debe seguir profundizando, en todos sus estamentos, un desarrollo sustentable acorde con la protección del medio y su relacionamiento con las comunidades, además de incorporar nuevas tecnologías y gestión para mejorar su productividad. En este sentido, quizás el desafío mayor como industria es comunicar y convencer al país de que lo anterior es perfectamente posible y tenemos la voluntad y recursos para hacerlo, si se nos permite. Sin embargo, desde el punto de vista país, se deben dar señales claras en cuanto a que la inversión minera es bienvenida y, para que ello ocurra, se deben dar las certezas jurídicas y estabilidad en las normas que el sector requiere, no obstante, ello no se aprecia, particularmente en el marco regulatorio ambiental y tributario”.

Mauro Valdés, presidente MINNOVEX:
“La industria minera tiene para este año, y los que vienen, un desafío de legitimidad para el crecimiento. Globalmente los productos mineros, y en particular los chilenos como cobre y litio, tienen un tremendo rol que jugar en la transición energética necesaria para la lucha contra el cambio climático. La demanda por estos minerales va a ser explosiva, y al 2040 se espera que un 40% del cobre que se produzca a nivel mundial sea destinado a tecnologías limpias. Pero la expansión de la producción necesaria para abordar esa transición está chocando con la negativa de los territorios mineros, que alegan “extractivismo” (palabra compleja y sin bordes, pero que al menos contiene una discusión sobre propiedad del recurso, sobre la «poca complejidad» de la actividad y sobre la distribución de los beneficios y costos).

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Para enfrentar con éxito el año que viene y el gran futuro que Chile tiene, asociado a estos minerales, es indispensable pensar la minería como una actividad que internaliza todas sus externalidades, que desarrolla sus cadenas de valor especialmente locales, y que tracciona la economía y la sociedad chilena. Para ello, es necesario pensar la minería como un ecosistema en todas las dimensiones: las compañías mineras son un actor clave, pero no único. Es crítico que la minería se desarrolle arraigada a sus territorios, sus proveedores, academia y centros de formación y estudios, actores públicos y privados, de manera de convencer al país en su conjunto de la conveniencia de hacer minería más y mejor minería”.

Philippe Hemmerdinger, presidente de APRIMIN:
“El principal desafío para este año es recuperar las inversiones. La producción minera metálica y no metálica no está desarrollando su potencial y la demanda está creciendo a un ritmo más rápido del que se puede satisfacer, esto queda demostrado por los altos precios de minerales, en especial litio y cobre. Más inversión implica más y mejores empleos, más impuestos y más crecimiento. Es necesario resolver los temas tributarios, la incerteza constitucional y facilitar por medio de una “ventanilla única” la tramitación de proyectos. Solo así recuperaremos la confianza y la inversión”

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Javier Ruiz del Solar, Director Ejecutivo AMTC:
«Creo que el principal desafío para la minería chilena este año es continuar trabajando para ser una industria responsable con el medio ambiente, con las comunidades y con sus trabajadores. El cambio climático y el bienestar de las comunidades exigen numerosos cambios en la manera de producir el mineral, por lo que es vital avanzar aceleradamente en el desarrollo de tecnologías y prácticas que permitan reducir la demanda por agua dulce, aumentar la eficiencia energética de los procesos, reducir notoriamente la huella de carbono de la actividad minera y llevar al mínimo el impacto en el medioambiente. La industria definitivamente debe trabajar por establecer una forma de hacer minería de forma más segura, inteligente y sostenible.”

Jorge Cantallopts, Director ejecutivo CESCO:
«Desde nuestro punto de vista, el mayor desafío que enfrenta el sector minero es el fortalecimiento de la institucionalidad minera, la que es clave para el desarrollo de la industria. Frente a las proyecciones que existen de demanda de minerales para la próxima década, y dado el tamaño que tiene la minería en Chile, es necesario contar con una institucionalidad que permita mantenernos competitivos, siempre considerando 3 pilares de la sustentabilidad, en donde no solo son relevantes los indicadores económicos, sino también indicadores sociales y medioambientales. Necesitamos una industria que evolucione de la mano de las exigencias sociales y del mercado.»