En esta columna, Claudia Pichuante, Senior Manager de Strategy & Consulting de Accenture, ahonda en las ventajas que ofrecen para la minería el trabajo remoto, así como los centros operativos a distancia integrados, pero especialmente para la calidad de vida de las personas. También da cuenta de los factores clave para el éxito de sus objetivos.
El valor del trabajo a distancia para la minería
Por Claudia Pichuante, Senior Manager de Strategy & Consulting de Accenture Chile
Previo a la pandemia, el trabajo a distancia en minería no era una prioridad para parte importante de las mineras, y pocas estaban probando algunos modelos de trabajo remoto. Además, el foco estaba principalmente para los cargos de áreas de administración y de soporte, los cuales no estaban directamente relacionados con la operación.
Luego de que se desatara la crisis sanitaria, fui testigo de cómo las mineras se vieron forzadas a implementar el trabajo remoto de manera masiva, y de cómo vieron -muchas veces con sorpresa- que esto daba resultados. Para algunas pocas mineras, la pandemia fue un acelerador en ese sentido, mientras que para la gran mayoría se trató de una total disrupción. Ante esto, una parte importante de las mineras ha mantenido en la actualidad este modelo de trabajo flexible, mientras que otras optaron por volver a la presencialidad.
Hoy es fundamental seguir avanzando hacia un modelo híbrido de trabajo en la minería, ya que, sobre todo para los roles de operación clave en la integración punta a punta de la cadena de producción, hay múltiples beneficios. Al recurrir a un modelo de trabajo a distancia, centrado en un lugar, apalancado por tecnologías de colaboración digital, se mejora el proceso de toma de decisiones; aumenta la eficiencia; se impulsa la seguridad y, lo más importante, se mejorar sustancialmente la calidad de vida los trabajadores.
Así también, operar la mina desde un centro de operación a distancia integrado, permite visualizar la cadena de valor completa en tiempo real; impulsar la toma de decisiones más efectivas y eficientes, que aseguren el máximo global y no la mejor decisión de cada una de las áreas que forma parte de esta cadena. Sin embargo, para alcanzar esos objetivos, no sólo se requiere integrar áreas en un mismo lugar, con las tecnologías adecuadas para soportarla; también es clave establecer una gobernanza que soporte este nuevo modelo de operación, junto con darle las facultades que requiera para operarlo.
Debido a la naturaleza de mi trabajo, he visto cómo los centros operativos a distancia tienen un importante impacto en las personas. Por ejemplo, el sólo hecho de tener menos gente expuesta en faena o de reducir los traslados, genera beneficios inmediatos en las y los trabajadores, así como para las comunidades. La vida urbana, además, abre puertas para tener más mujeres trabajando en cargos de operación de minería, lo cual hasta en estos tiempos aún tiene una brecha muy grande; incluso permite que personas con capacidades distintas, que tenían impedimentos para trabajar en faena, hoy lo puedan hacer desde un centro remoto.
La calidad de vida se ve impactada no solo por mayor seguridad, sino que también porque estos modelos de trabajo permiten acercar a los mineros a sus hogares, les entrega espacios más cómodos y los desarrolla en nuevas habilidades, tanto en temas digitales, como en skills de colaboración y nuevas formas de trabajar.
Llevar a cabo este tipo de cambios requiere que las mineras desarrollen en paralelo diferentes líneas:
- En primer lugar, es necesario avanzar en toda la infraestructura física y tecnológica que se va a necesitar para poder implementar la operación de la mina desde un centro remoto. Se deben desarrollar aplicaciones y sistemas que van a apalancar la operación, las comunicaciones y los diferentes controles hacia faena.
- En segundo lugar, las mineras deben definir cómo aplicarán las nuevas formas de trabajar, es decir, los nuevos procesos, roles y responsabilidades, rutinas, modelo de gobierno, entre otros.
- Finalmente, deben avanzar en la selección y preparación de quiénes serán las personas que formarán parte de este centro.
Uno de los factores clave para el éxito de esto, es poder generar un centro que esté totalmente integrado a faena, y no generar un quiebre entre ambos. Esto es un proceso de mejora continua, donde tenemos que ir constantemente evolucionando los centros de operación remota, implementando nuevas tecnologías y entregando un entrenamiento continuo para los colaboradores. De esa forma, las mineras alcanzarán mejoras sostenibles, que tendrán un impacto real en la calidad de vida de las personas que la integran.