El proyecto clave, Rajo Inca, entra en fase de pruebas y se prepara para iniciar operaciones en la segunda mitad del año, extendiendo significativamente la vida útil de la División Salvador.
La Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco) ha dado un paso crucial en la implementación de su proyecto Rajo Inca, que no solo promete aumentar la producción de cobre, sino también extender la vida de su División Salvador por más de cuatro décadas. Este martes, la empresa estatal anunció que ha comenzado las pruebas en el primero de los dos chancadores que serán esenciales en el procesamiento del mineral extraído de la nueva mina a rajo abierto.
«Este primer paso es parte de la puesta en marcha del proyecto, y marca el comienzo de la implementación progresiva de una serie de equipos e instalaciones durante los siguientes meses, que posibilitará la entrada en operación del proyecto a fines del segundo semestre», afirmó Codelco en un comunicado.
El chancador que ya está siendo probado es el primero de dos equipos que triturarán la roca en la línea seca del proyecto. A este se le sumará un segundo equipo en las próximas semanas, seguido por los procesos de molienda y flotación en la planta concentradora.
Christian Toutin, gerente general de la División Salvador, destacó la magnitud del trabajo en curso: «Esta puesta en marcha activa de manera progresiva más de 700 equipos y sobre 16 mil señales en el sistema de control, lo que implica un gran trabajo de coordinación y logística. El cumplimiento de esta fase es parte del proceso de sacar adelante Rajo Inca y nos compromete aún más con nuestro país y la Región de Atacama.»
Rajo Inca, con una inversión autorizada de US$2.400 millones, es el segundo de los proyectos estructurales en construcción de Codelco y se espera que comience a operar en 2024. El proyecto ya presentaba un avance del 76,1% al cierre del primer trimestre. La Vicepresidencia de Proyectos de Codelco también entregó recientemente el proyecto Traspaso Andina, otra iniciativa significativa que extiende la vida útil de la División Andina por 30 años con una inversión de US$1.671 millones.
