La propuesta de royalty del Gobierno, que forma parte de la reforma tributaria, fue recibida con perplejidad y suspicacia. ¿La razón? La fórmula híbrida que considera un cobro inédito por las ventas de cobre. Para tener datos, la consultora CRU cuantificó el impacto de la medida con la valorización de la industria, entendida como el valor presente de los flujos de efectivo de los productores. Según el informe, el indicador caería en un 27% con la nueva propuesta de royalty incluida en las indicaciones ingresadas por el Gobierno al proyecto.
La propuesta presentada el lunes por el Gobierno elevaría la tasa impositiva efectiva promedio para las grandes minas a 50% en 2024 y a un promedio de 59% para el período 2024-2040, dijo la consultora en un informe de investigación distribuido el viernes. Eso se compara con un 37% si se mantiene el régimen actual y con un 43% bajo una propuesta presentada previamente en el Congreso.
El reporte compara los resultados con la iniciativa aprobada en su momento por la comisión de Minería y Energía de la Cámara Alta, donde el impacto sería de 3%. El cálculo realizado por CRU Group contrasta con la posición del Gobierno, que sostiene que el retorno será de un 15% para las empresas, por lo que Chile seguirá siendo atractivo para la inversión. Consultado por El Mercurio, el consultor y autor del estudio, Francisco Acuña, indicó: «se miden los flujos de caja libre, lo que se llevan los inversionistas, ese valor es una forma de medir el valor de los activos y baja en estos porcentajes. Entonces es el retorno de los inversionistas que se vería mermado», explicó al medio.
Según la consultora, las decisiones de inversión serán complejas en los proyectos nuevos, ya que verían un impacto significativo en sus tasas de retorno. Si esto ocurre, tanto los proyectos como las inversiones podrían retrasarse, cancelarse o reevaluarse para extender la vida útil de las faenas, disminuir costos y aumentar eficiencia.
En cuanto a las tasas efectivas de impuestos, según los cálculos realizados por el análisis, en promedio la industria alcanzaría una tasa del 50% en 2024 y superaría el 70% hacia 2040, a medida que los mayores costos de producción y menor productividad afecten a las empresas. La estimación apunta a un indicador promedio del 59% para el período 2024-2040, que se compara con el 43% de la propuesta anteriormente presentada y con el 37% que existiría en caso de que se mantuviera el régimen actual.
El informe también se refiere a las consecuencias que tendría la nueva propuesta de royalty en la demanda mundial de cobre que se deduce para esta década. Según las proyecciones de CRU, la larga discusión solo aporta incertidumbre al mercado del cobre, un mercado que necesita que se tomen decisiones para suplir la brecha de 5.1 millones de toneladas de cobre primario que se necesitarían para 2030.
«Los proyectos nuevos serían los más afectados, porque el retorno de la inversión sería muy lento y tendría mayor riesgo, porque en el fondo hay menos reservas ante volatilidades del precio», aseguró Acuña al diario. Pese a todo, el estudio detalla la distribución de los impuestos que tendrán que pagar las mineras de aquí a 2040: la gran mayoría irán al ‘Rioma’, impuesto progresivo sobre renta imponible, que no permite descontar la depreciación de activos y pérdidas de otros períodos anteriores, entre otras consideraciones.
La tasa es progresiva, dependiendo del precio del cobre, y la propuesta establece que alcanzaría hasta 36% (para valores sobre US$ 6 la libra) para productores de más de 50 mil toneladas de cobre equivalente. «En nuestro análisis vemos que este componente sería el más relevante para la industria, superando incluso el de Primera Categoría, y alcanzando a representar en promedio un 48% del pago de impuestos de las mineras», detalló Acuña.