La investigación realizada por académicos de la Universidad de Chile y Universidad Austral, subraya la posición estratégica de nuestro país en el suministro de minerales esenciales para tecnologías sostenibles, enfatizando la necesidad de políticas que aseguren una explotación sostenible.
En un reciente estudio financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile titulado «Minerales críticos para la transición energética y la posición estratégica de Chile» , los investigadores Emilio Castillo (Universidad de Chile), Constanza Araya (Universidad de Chile – Coordinadora de Estudios de Cesco), e Irene del Real (Universidad Austral) analizaron cómo Chile puede capitalizar su riqueza en minerales críticos como el cobre y el litio, fundamentales para las tecnologías de energía limpia. El estudio no solo recalca el papel de Chile en la cadena de suministro global, sino también sus desafíos ambientales y sociales.
«El tema de minerales críticos había sido discutido y tocado por parte de nosotros en distintas instancias,» explicaron. El equipo siguió de cerca cómo las preocupaciones sobre estos minerales están cambiando las relaciones geopolíticas entre los países. «Nuestro objetivo era poder darle visibilidad a cómo se está discutiendo a nivel internacional y dar una actualización sobre las acciones que se están tomando,» añadieron.
Los investigadores advierten que la explotación de recursos minerales debe equilibrarse con la protección ambiental y el bienestar de las comunidades locales: «La relación con el entorno, ya sea social con sus comunidades locales, pueblos indígenas y con el medio ambiente, son factores que están directamente asociados a la criticidad de un mineral», señalan.
Sobre las políticas que Chile debería implementar, los autores sugieren que el gobierno chileno podría fortalecer su posición estratégica mediante la promoción de la información geocientífica como un bien público, impulsar tecnologías de exploración y procesamiento adaptadas a las condiciones locales, y promover la cooperación local y multilateral robusta.
De esta forma, destacan la importancia de retomar y revitalizar el debate sobre el papel de los minerales en el desarrollo sostenible, tanto dentro de Chile como en el escenario global. «Estamos conformes con haber entregado bases para discutir estos temas y realzar que trascienden a un metal particular o a un depósito especial que podamos tener en el país,» señalaron.
¿Cuál fue la inspiración inicial para llevar a cabo este estudio sobre minerales críticos en Chile y qué esperaban ustedes, como investigadores, lograr o influir con los resultados de esta investigación? ¿Hay algún objetivo particular que quisieran que los decisores políticos o las comunidades empresariales comprendan o actúen al respecto?
El tema de minerales críticos había sido discutido y tocado por parte de nosotros en distintas instancias. También todo el equipo de investigación había seguido de cerca cómo la preocupación sobre el rol de los minerales para la transición energética estaba cambiando y afectando las relaciones geopolíticas entre los países.
Parte de ese interés lo habíamos mostrado en un trabajo publicado sobre la relación entre decisiones de exploración y minerales críticos o estratégicos que publicamos durante el 2023. En el caso particular de este trabajo, a finales de año vimos cómo era de interés del Ministerio de Relaciones Exteriores a través de sus concursos de estudios de política exterior y creímos que era una manera muy interesante de poder desarrollar las ideas que teníamos, aprovechar también el financiamiento para darle difusión al trabajo y por supuesto mostrar y revitalizar el potencial minero que existe en Chile más allá del cobre y litio, como lo pueden ser las tierras raras o el cobalto.
Como consignamos en nuestro trabajo, este es un tema bastante dinámico hoy en día, y prácticamente cada semana teníamos nuevos antecedentes sobre acciones o políticas de gobierno alrededor del mundo. Por ello, nuestro objetivo era poder darle visibilidad a cómo se está discutiendo a nivel internacional y dar una actualización sobre las acciones que se están tomando. No teníamos dentro de nuestro objetivos dirigir una acción política particular, pero si teníamos como visión del trabajo que pudiéramos en Chile retomar la conversación sobre el rol que tienen los minerales para el desarrollo de las sociedades y el potencial de Chile.
En ese sentido, el contexto de los minerales críticos nos entrega una estructura para discutir y visibilizar, que también da entrada para que distintas personas, profesionales y visiones confluyan sobre cómo logramos aprovechar los recursos minerales para el desarrollo de nuestra sociedad. Creo que en ese sentido, estamos conformes con haber entregado bases para discutir estos temas y realzar que trascienden a un metal particular o a un depósito especial que podamos tener en el país.
En el estudio, destacan el potencial de Chile como líder en la producción de minerales críticos. ¿Cuáles son las principales preocupaciones ambientales y sociales asociadas con la extracción de estos minerales en Chile y cómo proponen que se aborden estas cuestiones para garantizar una explotación sostenible?»
La misma definición de minerales críticos nos marca la importancia que tienen los aspectos relacionados a la producción. Un mineral es crítico en la medida que no sólo es importante para algún objetivo particular, como por ejemplo las tecnologías para la transición energética, o con pocos sustitutos adecuados, sino que también porque existen elementos de su cadena de suministro que hace pensar que existirán limitaciones en el cómo los principales productores podrán seguir proveyendo de estos materiales al resto de la sociedad.
Claramente, la relación con el entorno, ya sea social con sus comunidades locales, pueblos indígenas y con el medio ambiente, son factores que están directamente asociados a la criticidad de un mineral. En ese sentido, las principales preocupaciones ambientales que se levantan están relacionadas al uso de recursos, principalmente agua, que es un insumo estratégico para la actividad minera de nuestro país y un tema crítico en el relacionamiento territorial. Adicionalmente, otras investigaciones han marcado la importancia de la biodiversidad, considerando la cercanía de depósitos minerales con reservas actuales.
Esto es válido en Chile, pero también en varios lugares del mundo, donde los límites a la acción minera pueden darse de manera significativa a nivel internacional debido a su proximidad con áreas de interés de conservación ambiental.Todo lo anterior nos hace poner de manifiesto que hacer más minería es una necesidad de la sociedad humana, pero también tenemos que compatibilizarla con acciones que den cuenta de mantener una mirada de largo plazo en la gestión de las zonas locales.
Probablemente esto salga de los alcances de nuestro trabajo, pero creo que la manera de impulsar una minería responsable radica en la capacidad de homogeneizar las condiciones de operación minera a nivel internacional. Un ejemplo en esta línea son los estándares sobre construcción y gestión de tranques de relaves. Lo anterior viene de la mano de la realidad que recibió la industria minera al darse cuenta que los impactos negativos que tiene cualquier actividad minera no son separables o individualizables por una empresa particular. Estos impactos son vistos como responsabilidad de una industria completa.
Esa realidad implica que requerimos consensos transversales a nivel industria, que en muchos casos estarán por sobre los requerimientos que tengan países particulares. Sin embargo, esa es la vía, pues lo que le ocurra a una comunidad minera, le está pasando indirectamente a otras alrededor del mundo.
Considerando las recomendaciones de su investigación, ¿qué políticas específicas debería implementar el gobierno chileno para fortalecer su posición estratégica en el mercado global de minerales críticos y al mismo tiempo asegurar la resiliencia de su cadena de suministro ante posibles crisis geopolíticas o económicas?
Existe una brecha fundamental en las políticas asociadas a minerales críticos, pues en general la base para la discusión tiene como referencia las necesidades de países consumidores de tales materiales. Cuando se toma la perspectiva de un país productor como Chile, se debe plantear como principio al potencial minero como una oportunidad para cooperar y afianzar las redes de suministro con países consumidores. Teniendo ese marco de referencia, existen tres políticas que son de interés que buscan potenciar la calidad de la producción minera.
En primer lugar, impulsar la información geocientífica básica, como un bien público esencial para la actividad minera. Ello tiene implicancias en el proceso de modernización institucional de nuestro Servicio Geológico, además como el adecuamiento normativo para que el proceso de exploración y visibilidad del potencial minero sea consistente con el rol que el país busca. Esto también va de la mano con el fomento para tecnologías y técnicas de exploración y procesamiento de minerales para las condiciones únicas de nuestros depósitos. Esto significa alinear la inversión tecnológica no en desafíos que tenga la minería en general, sino que en la búsqueda de soluciones a problemas geometalúrgicos que permitan viabilizar recursos actuales.
En segundo lugar, está el fomentar acciones de cooperación de los organismos de gobierno para promover la coordinación local entre empresas y comunidades. Idealmente este proceso debe aprovechar los esfuerzos significativos que hacen las empresas, pero deben enmarcarse en planes locales o regionales de desarrollo. De esta manera, el rol que puede tener el gobierno en promover y organizar los esfuerzos locales es sin duda un aporte para la generación de alianzas para el desarrollo sostenible.
Finalmente, está la participación multilateral con distintos socios comerciales. Esto implica que, como es sello de la política exterior y comercial del país, llevar a cabo acciones para evitar que el país se sitúe en una posición extrema entre las distintas estrategias de dominancia internacional en lo que respecta a minerales críticos. En este sentido, se vuelve importante la no discriminación en empresas de países con los cuáles mantenemos relaciones de larga data, además como la priorización estratégica, basada en la búsqueda del mayor bienestar nacional.