El viernes 14 de octubre se realizó la presentación del estudio sobre “Transición energética y nuevos negocios para la minería” en la Universidad Técnica Federico Santa María, donde se dieron a conocer nuevos nichos y oportunidades de corto y mediano plazo en los ámbitos de la electromovilidad y los combustibles sintéticos, con foco en la gran minería y los proveedores mineros de Chile y de la región.
La investigación es parte del programa de capacidades tecnológicas para la innovación de Corfo, y fue desarrollado en conjunto por el Centro Nacional de Pilotaje (CNP), la consultora Phibrand y la Universidad Técnico Santa María. Además, tuvo la colaboración de la Corporación Alta Ley, Fraunhofer Chile, Expande, la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin), Eco Desarrollo y GIZ.
Al inaugurar el evento, el subsecretario de Minería, Willy Kracht, se refirió a que la minería a nivel global y nacional se está haciendo cargo de los desafíos que implica la transición energética. “La reducción de emisiones no se va a producir si no coordinamos esfuerzos. Lo primero es establecer una hoja de ruta que nos permita priorizar a lo largo de estos años, qué transformamos primero en la industria minera. Para este proceso es relevante la información como la que recoge este estudio, cuyas recomendaciones vamos a seguir con mucha atención desde el Ministerio», aseguró Kracht.
El gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, Fernando Hentzschel, indicó que este tipo de investigaciones pone de manifiesto la urgencia de que el país se sume a la tendencia mundial de la transición energética. “Este proceso global se basa en la incorporación de nuevas tecnologías, que están hechas de conocimiento, materiales y de energía. Chile es proveedor de la mayoría de esos materiales. Tenemos los elementos que necesita el mundo para transitar energéticamente y contar con una matriz energética mucho más limpia y entregar un mayor bienestar social para todos y todas.
Para el gerente general Phibrand, Cristian Mansilla, los mercados cuentan con oferta y demanda potencial nacional y escalable a la región. La prioridad es aumentar la oferta de reconversión a la electromovilidad y los combustibles sintéticos, así como su producción y distribución de estos últimos. “Los nichos, escenarios, los actores y las capacidades de base ya existen en Chile y en las regiones mineras. Nos queda sólo decidirnos y habilitarlos para que estos negocios, ligados a la reconversión de equipos, se materialicen rápidamente en nuestro país y de esta manera vayamos ganando en competitividad”, dijo.
Panel de expertos
En la actividad, expertos en minería y energía dieron sus impresiones, criterios y opiniones, sobre diferentes aspectos del cambio en la matriz energética.
Elena Moreno, gerente de Proyectos de la Corporación Alta Ley, recalcó que este cambio también trae desafíos sociales, ya que se trata de una oportunidad de generarar valor en la economía y en los territorios. “En este punto el desarrollo de proveedores es clave. Podemos aprovechar este impulso fomentando la medición de emisiones de productos y servicios para la minería (emisiones de Alcance 3), identificar los cuellos de botella, generar políticas de incentivo y apoyo para descarbonizar la cadena de suministro de la minería, y con esto incentivar el desarrollo de proveedores verdes mineros con capacidades de exportación”, explicó.
Marcela Angulo, vicepresidenta del directorio de Minnovex y directora de la Universidad de Concepción, expresó que la formación técnica y profesional en Chile debe adecuarse a las nuevas necesidades. “Sí tenemos capacidades humanas y tecnológicas, estamos aprendiendo a trabajar de manera distinta y ahora queda dar el salto. El desafío de descarbonización de Chile hacia 2050 va a movilizar a todo el ecosistema, no solo el minero y energético”, aseveró.
Respecto del rol de las compañías mineras, Gonzalo Ramírez, especialista en Electromovilidad de Codelco, enfatizó que las empresas mineras deben ser ágiles para avanzar en su descarbonización. También detalló algunas de las acciones que debería hacer la minera estatal, como por ejemplo renovar sus contratos en energía eléctrica, lograr una minería subterránea 100% eléctrica, reducir en 10% las emisiones en nuestros rajos, y promover un mercado de hidrógeno verde apalancado en aplicaciones en minería. “Vemos que este cambio es una innovación disruptiva en la cadena de suministro de la energía de nuestras operaciones. Por lo tanto, es un desafío transformacional para la industria”, precisó.
Igualmente, Thomas Lindsay, coordinador de Proyectos de Fraunhofer Chile, hizo un llamado a las compañías y proveedores mineros a ver los combustibles sintéticos derivados del hidrógeno verde como una gran alternativa en la transición energética porque permiten aprovechar infraestructura existente. Requieren adaptaciones menores en las aplicaciones disponibles, crean capacidades y capital humano en hidrógeno verde, y representan carriers energéticos atractivos para exportar. “Pero es importante seguir impulsando pilotajes y proyectos insignia que demuestren que ocupar combustibles sintéticos es factible y así darles confianza a los inversionistas”, enfatizó.
Sobre los pilotajes y escalar innovaciones y nuevas soluciones, Cristian Opazo, gerente Técnico del CNP, insistió que “para poder transitar hacia la electromovilidad es necesario obtener el input de cada una de las tecnologías y así crear los modelos de negocio que se requieren. Y la única manera de hacerlo es a través de pilotajes o validaciones que se hagan cargo de obtener dichas variables”.
Al final del panel, Jorge Pontt, director del CNP y académico de la USM, resumió los desafíos de desarrollar un nuevo mercado, con énfasis en acelerar los procesos de transformación y aprovechar las oportunidades que brinda la transferencia tecnológica e innovación a la vez que se integran las capacidades locales y hay trabajo conjunto de todos los actores del ecosistema
Desafíos pendientes
El estudio también identificó barreras que frenarían el desarrollo de nichos que la industria requiere para la transición energética, entre los principales estarían la falta de espacios e instancias de pilotaje y validación de tecnologías; un bajo nivel de absorción tecnológica respecto de la transición energética; un desfase entre las intenciones en contribuir a reducir las emisiones y las inversiones que se necesita para ello; así como la falta de incentivos suficientes para que el sector invierta en fabricar o reconvertir equipos, y la necesidad de capacitación y de nuevos perfiles profesionales.
“El poder de compra, la voluntad y el interés existen. Pero hay materializar estos negocios hoy, en la etapa temprana de la transición energética. Aumentar rápidamente la oferta de reconversión a electromovilidad y combustibles sintéticos, así como su producción y distribución. Pero si los empresarios no dan el paso ahora, no podrán competir en el mercado a futuro,” concluyó Cristian Mansilla.