Pese a la caída semanal en su cotización, el cobre cierra 2024 con un alza estimada del 7,6% respecto al año anterior. Las proyecciones para 2025 apuntan a precios que podrían alcanzar hasta US$4,90 por libra, impulsados por la transición energética y la electromovilidad.
De acuerdo al informe elaborado por Cochilco, el mercado internacional del cobre experimentó una baja del 2,2% en su cotización durante la semana del 16 al 20 de diciembre de 2024, cerrando en cUS$398,8 por libra. Este retroceso se atribuye principalmente al fortalecimiento del dólar, que alcanzó su nivel más alto en dos años, y a los datos mixtos provenientes de China, donde persisten desafíos en el sector inmobiliario a pesar de una leve mejora en la producción industrial (+5,4% interanual).
En Estados Unidos, la reciente reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal en 25 puntos básicos reforzó el valor del dólar, limitando las ganancias del metal rojo. Sin embargo, el cobre finalizará 2024 con un incremento anual del 7,6%, reflejo del optimismo respecto a su demanda estructural, especialmente en sectores clave como la electromovilidad y la transición energética.
Para 2025, las proyecciones varían entre un promedio de US$4,25 por libra según Cochilco y un pico de US$4,90 por libra hacia el cuarto trimestre, estimado por Goldman Sachs. Factores como la persistente fortaleza del dólar, tensiones geopolíticas y medidas económicas en China moldearán el comportamiento del mercado. A pesar de un posible exceso de capacidad de fundición en China, la demanda por energías limpias será un soporte clave en un contexto de volatilidad.
Por otro lado, los inventarios de cobre refinado en bolsas de metales cayeron un 3,4% esta semana, aunque muestran un aumento acumulado del 100% respecto al cierre de 2023, indicando un superávit en el mercado. Este panorama refuerza la importancia del cobre como motor económico en medio de la transición hacia una economía más sustentable.
