Factores adversos en la economía norteamericana, como el aumento del desempleo y la caída en la actividad industrial, generaron incertidumbre en el mercado, afectando negativamente al metal rojo. Además, los inventarios globales de cobre registraron un incremento significativo, reflejando un debilitamiento de la demanda.
El mercado del cobre sufrió una significativa caída durante la segunda semana de agosto, marcada por una disminución del 3,97% en su precio, que lo llevó a cerrar en US$ 3,91 por libra el lunes 5 de agosto, el nivel más bajo registrado desde el 12 de marzo de 2024. Este descenso se produjo en un contexto de incertidumbre económica global, exacerbado por los datos negativos provenientes de la economía estadounidense.
El informe semanal del mercado del cobre, realizado por Cochilco, revela que el aumento en la tasa de desempleo en Estados Unidos, que alcanzó un 4,3% (la cifra más alta en los últimos tres años) junto con una notable caída en la actividad industrial, fueron los principales catalizadores de esta baja. Estos datos desencadenaron una corrección en los mercados financieros, llevando a los índices bursátiles S&P 500 y Nasdaq a caer un 4% y 6%, respectivamente, el lunes.
La situación se agravó con los resultados decepcionantes del segundo trimestre de grandes compañías tecnológicas como Alphabet, Tesla e Intel, lo que intensificó la percepción negativa del mercado sobre las expectativas económicas. A pesar de esto, algunos analistas consideran que esta corrección responde más a un ajuste necesario tras la sobrevaloración de las acciones tecnológicas, que a un debilitamiento estructural del sector de inteligencia artificial.
El cobre, que tiene un uso intensivo en la industria manufacturera, se ve directamente afectado por los temores de una desaceleración económica, especialmente en una economía tan relevante como la de Estados Unidos. El riesgo de recesión en el país aumentó en 10 puntos porcentuales, según un reciente análisis de Goldman Sachs, lo que intensificó la presión sobre el precio del metal.
Aunque a mediados de semana se observó un leve repunte en el precio del cobre, motivado por una moderación en las expectativas de un aterrizaje brusco de la economía estadounidense, el mercado sigue siendo incierto. El precio final de la semana se situó en US$ 3,99 por libra, un 1,9% por debajo del cierre de la semana anterior.
En el ámbito internacional, los inventarios globales de cobre continúan aumentando, con una notable concentración en Asia. Las bodegas en Taiwán alcanzaron las 23.550 toneladas métricas de cátodos, un incremento del 104,15% en lo que va del año. A nivel global, los inventarios en las bolsas de metales han crecido un 182,2% en lo que va de 2024, lo que refleja una demanda debilitada y podría abastecer el consumo mundial durante 9,6 días.
En medio de este escenario, destaca la situación en la mina Escondida en Chile, donde BHP ha solicitado la mediación del Gobierno chileno en las negociaciones con el sindicato de trabajadores. Los empleados han exigido que el 1% de los dividendos se distribuya entre ellos, lo que añade una nueva capa de complejidad al ya desafiante panorama del mercado del cobre.
El mercado del cobre sigue atento a los próximos movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos y a la evolución de la economía global, factores que serán determinantes en la recuperación o el agravamiento de los precios del metal rojo en las próximas semanas.