Un informe de la Comisión Chilena del Cobre detalla las distintas tecnologías para la extracción de litio, con un enfoque en los métodos convencionales y avanzados como la extracción directa, en respuesta al crecimiento de la demanda de baterías de ion-litio. El documento destaca los beneficios y limitaciones de cada proceso y explora los proyectos activos en el «Triángulo del Litio».
El litio, considerado un mineral esencial para la transición energética, ha visto un crecimiento exponencial en su demanda, impulsado por el desarrollo de tecnologías de almacenamiento y la industria de vehículos eléctricos. Según el informe de la Comisión Chilena del Cobre, entre 2015 y 2023, la demanda de baterías de ion-litio creció un 53%, y se proyecta que para 2034 representen el 90% del uso de litio, impulsado en un 87% por los vehículos eléctricos.
Actualmente, Chile es responsable de aproximadamente el 24% de la producción mundial de litio, con una producción anual de 44.000 toneladas, posicionándose como el segundo mayor productor global después de Australia. En Chile, el método más común de extracción ha sido la evaporación de salmueras en el Salar de Atacama, que aprovecha las condiciones climáticas áridas para concentrar el mineral. Este proceso, sin embargo, puede tardar entre 12 y 24 meses y lograr una recuperación de solo entre el 40% y el 50%, debido a la pérdida de agua por evaporación.
Nuevas Tecnologías de Extracción de Litio
La extracción directa de litio (DLE) ha surgido como una alternativa prometedora, con el objetivo de mejorar la eficiencia de recuperación y reducir el tiempo de procesamiento. Esta tecnología agrupa varios métodos que extraen selectivamente el ion litio, entre ellos la adsorción, el intercambio iónico y la extracción por solventes. Cada uno utiliza diferentes principios operativos, logrando recuperaciones de hasta un 90% en menor tiempo. Sin embargo, algunos desafíos persisten, como la necesidad de pretratar la salmuera y los costos asociados al uso de reactivos o modificaciones de pH.
Uno de los principales beneficios de DLE es su menor uso de suelo y su capacidad para extraer litio sin que la proporción de magnesio en la salmuera afecte significativamente la eficiencia del proceso. Este enfoque permite reducir el impacto ambiental asociado a la pérdida de agua, aunque existen preocupaciones sobre la reinyección de la salmuera tratada, ya que su efecto en los ecosistemas de salares sigue siendo incierto.
Proyectos en el Triángulo del Litio
El «Triángulo del Litio», compuesto por Chile, Argentina y Bolivia, concentra una gran parte de las reservas de litio en el mundo. En Argentina, proyectos como Centenario-Ratones, Fénix (Hombre Muerto) y Cauchari-Olaroz ya operan utilizando tecnologías DLE, aplicando métodos como la adsorción selectiva y la extracción por solventes. Estos proyectos representan un avance hacia la diversificación tecnológica en la región, permitiendo aprovechar el potencial de litio con menores impactos en el agua y el suelo.
Aspectos Ambientales y Futuro del Litio
Además de la eficiencia, la reducción del uso de agua es una prioridad en la evolución de estas tecnologías. La tecnología DLE busca mitigar el impacto en el agua, aunque, según el informe, algunas técnicas requieren la reinyección de la salmuera tratada al salar, lo que plantea nuevos desafíos medioambientales. La evaporación convencional, al perder entre un 85% y un 95% del agua extraída, ha sido criticada en términos de sostenibilidad, especialmente en áreas de escasez hídrica como el altiplano chileno.
El informe concluye que la demanda de litio seguirá creciendo, impulsada por el aumento de las energías limpias y la electromovilidad. Para adaptarse a este contexto, la Comisión Chilena del Cobre recomienda una actualización constante de las tecnologías de procesamiento cada dos a tres años, con el fin de incorporar innovaciones que permitan una mayor eficiencia y un menor impacto ambiental.