Para este año que recién comienza se prevé el desarrollo de una serie de proyectos minero de considerable inversión, que son clave para mantener las expectativas de crecimiento en la industria. Pese a la pandemia y sus consecuencias, los principales actores del sector destacan que se haya mantenido la continuidad operacional y consideran que ese factor augura un buen futuro para la inversión sectorial.
Según datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), este año se pondrán en marcha nueve iniciativas mineras: tres de cobre, tres de litio, dos de oro y una de hierro, valorizados en US$ 5.041 millones. Los tres proyectos relacionados con la explotación de cobre representan un 69% de la inversión total (monto mayor que los de litio o de oro). Ahora bien, si se compara con la eventual explotación y producción de litio, se duplicaría lo que hoy existe en esta materia.
“Estas iniciativas representan un 7,3% de la cartera total y un 12,4% de los proyectos con mayor probabilidad de materialización”, afirmó Cristián Cifuentes, coordinador de Estrategias y Políticas Cochilco. De acuerdo a la opinión del analista la inversión en proyectos de cobre es la predominante, pero la mayoría de los proyectos corresponden a la explotación de litio y oro, con tres y dos iniciativas respectivamente.
En la minería de litio están los proyectos de Ampliación Planta La Negra-Fase 3 de Rockwood avaluado en US$300 millones; Producción de Sales Maricunga de Simco, en US$ 350 millones; y la ampliación Carbonato de Litio a 180 mil toneladas por año de SQM, que considera una inversión de US$450 millones. En cuanto a los proyectos de minería de oro están la Actualización Recursos y Reservas de Minera El Peñón de Yamana Gold, que implica una inversión de US$172 millones; y La Coipa Reapertura de Kinross, avaluada en US$ 225 millones.
También existen otros proyectos que están pausados por la pandemia, pero que se consideran para este período. “Todos los proyectos que estaban en ejecución al comienzo de la pandemia retomaron sus labores a fines de 2020. Esto ha permitido que proyectos emblemáticos como Ampliación Marginal Los Pelambres Fase I, o proyecto Inco, y Rajo Inca entren en operación durante 2022; y el proyecto Quebrada Blanca Hipógeno (QB2) en 2023”, detalló el analista. “Sin embargo, 2022 será un año importante en decisiones de inversión de proyectos como Santo domingo, Nueva Unión o proyectos de oro como Salares Norte y Fénix Gold”, agregó.
Según Cifuentes, las iniciativas catastradas por Cochilco cumplen con las condiciones metodológicas y criterios rigurosos al momento de ser incluidas. «Pero es posible que más de alguno de los proyectos se vea modificado en el corto plazo, cambiando sus características o incluso su monto inversional, lo que muestra el carácter variable de las inversiones mineras en el país”, explicó.
Lo que opina el Ministerio
El subsecretario de Minería, Edgar Blanco, abordó la relevancia de esta inversión, la importancia del litio y la continuidad operacional de la minería durante el periodo más complejo de la crisis sanitaria.
“Según información de Cochilco, en 2020 Chile produjo un total de 5,7 millones de toneladas de cobre. Con ello mantuvo prácticamente el mismo nivel de producción de 2019 y consolidó así su condición de primer productor mundial del metal rojo”, contó. Además, enfatizó que las medidas adoptadas por la industria para contener la pandemia al interior de las faenas “facilitarán sin duda el desarrollo de los proyectos en carpeta para este año. A más largo plazo dependerá de qué suceda con la discusión en torno al royalty a la minería”.
“Recordemos que más del 70% de la producción de cobre en Chile proviene de la industria privada. Pese a ser muy importante y tener proyectos de inversión significativos a futuro, Codelco aporta menos del 30%. Por lo tanto, necesitamos generar las condiciones para seguir atrayendo inversión privada, especialmente en un contexto económico complejo que se prevé para los próximos años”, opinó Blanco.
Lo que opina el gremio
“Durante la pandemia la minería siguió operando y los proyectos de inversión solo sufrieron algunas detenciones temporales que ya fueron superadas. Los proyectos mineros programados para este año y hasta 2024 son aquellos que ya se encuentran en ejecución y que suman un total de US$23.000 millones entre nuestras empresas socias de la gran minería”, detalló Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero.
Además, contó que existen proyectos que están en evaluación, avaluados en US$ 32 mil millones, que en el caso de que se materialicen podrían entrar en funcionamiento entre este año y 2028. “Acá hay proyectos como Los Bronces Integrado, expansión de Sierra Gorda y Nueva Unión. Que esos proyectos pasen a la etapa de ejecución depende de condiciones de mercado, regulatorias y del ambiente político-institucional que se proyecte en el nuevo ciclo de autoridades y en la nueva Constitución”, explicó.
En tanto, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Diego Hernández, coincide con la percepción de Joaquín Villarino, respecto a los factores que inciden en el interés inversional. Recalca que las inversiones mineras están en pausa, “esperando qué es lo que va suceder con la Nueva Constitución y las señales que enviará el presidente electo, Gabriel Boric, para restablecer la seguridad jurídica. Mientras eso no suceda, no veremos grandes inversiones para grandes proyectos mineros en Chile”.
Lo que opina un especialista
A juicio del director ejecutivo 1st Quartile Mining, Claudio Valencia, es muy difícil que el ambiente político en Chile afecte la inversión de proyectos mineros que están en ejecución. Sin embargo, advierte que aquellos que están en etapas de estudio y sobre todo en las en fases finales de aprobación, eventualmente sí podrían ser afectados.
“Las decisiones de los inversionistas mineros están determinadas en gran parte por la certeza y estabilidad de las reglas del juego, que además promuevan un ambiente propicio para realizar negocios”, dijo el especialista.
Siempre que exista incertidumbre sobre el futuro, puede generarse una postergación de inversiones. Para Valencia, por el acelerado desarrollo que está teniendo el mercado de la electromovilidad, la demanda del litio es una variable relevante que se relaciona con las futuras inversiones en la minería local.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que entre 2020 y 2030 el crecimiento del stock de vehículos eléctricos será exponencial, aumentando entre 29% y 35% anual, en promedio. A 2020, existían 11,2 millones de automóviles eléctricos circulando en las calles. Para 2030, podría haber entre 145 y 230 millones. Esto representa una oportunidad enorme para el consumo futuro de litio.
A modo de conclusión, el ejecutivo destaca la necesidad de considerar el potencial que tiene Chile en materia de litio, pensando en futuras inversiones. “Existe un enorme potencial, que no lo estamos aprovechando como debiéramos. Creo que en el litio nos hemos ido quedando atrás, perdiendo liderazgo con países como Australia, que poseen una calidad inferior en sus reservas, comparado con Chile. Sin descuidar el cuidado del medioambiente”, aseguró.
