Por Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de PlusmMining.
Como casi todo lo que rodea al litio en Chile, el Memorándum de Entendimiento entre Codelco y SQM es una pieza compleja, con incertidumbres, que obliga a un cuidadoso análisis para emitir una opinión. Toda la historia del litio en Chile ha sido así: complicada, discrecional y, como resultado, Chile perdió el liderazgo de la producción, junto con mucho tiempo y dinero. Tal vez esto sugiera que un acuerdo directo como este MoU en vez de una licitación ha sido lo mejor, pero quedan muchas interrogantes.
¿Hay ganadores y perdedores o es un win-win?
Esta es la primera gran pregunta que todo el mundo se hace. A pesar de lo alambicado del asunto, el resultado final se puede resumir de la siguiente forma:
Hay muy pocas dudas de que fue bueno para Codelco, ya que de no tener casi nada pasa a ser potencialmente un actor muy relevante en el litio. Los ingresos que le supone son una esperanza en medio de la crisis que enfrenta su negocio principal, el cobre.
Para SQM el acuerdo es muy bueno. Asegura la continuidad de su negocio hasta el año 2060 considerando que su contrato actual termina en 2030 y el panorama para renovarlo se veía adverso debido a la hostilidad que padece desde el mundo político. Pero además, el acceso a estos recursos de litio los consiguió a valores muy convenientes.
La gran duda es si es bueno para el Estado de Chile
El acuerdo mantiene la alta proporción de captura de renta que estableció la renegociación de contratos de Corfo con SQM en 2018, aumentando incluso gracias tanto al aumento de la cantidad de litio a producir, como porque ahora Codelco accederá al 50% + 1 del negocio. Nuestras estimaciones arrojan que SQM se lleva en torno al 27% de la torta, el Estado, por diferentes vías 71%, y el remanente 2% va para gobiernos locales y comunidades. El problema no reside en esto, sino en el valor al que el Estado entrega el derecho a explotar los recursos del Salar de Atacama a SQM.
El Estado cobro poco por un activo de clase mundial
¿Cuánto pagó SQM? En nuestros cálculos en valor presente, SQM pagaría entre US$1.900 y 2.000 millones, mientras que lo que recibiría entre el período 2025-2060 oscila entre US$6.400 y US$8.400 millones.
Otra manera de mostrar el punto es compararlo con lo que se ha pagado por otros negocios de litio en el mundo recientemente, en los cuales el comprador ha pagado u ofrecido 60 a 80% del valor presente, mientras que en este caso llega solo a 30%.
Una controvertida explicación para este bajo cobro
Para explicar esta situación se insinúa que el acuerdo asegura la continuidad operacional cuando termine el contrato de SQM en 2030. Es decir, SQM sería el único que podría mantener la producción en el salar de Atacama en 2031 y 2032. La no producción en estos dos años supone en nuestros cálculos entre US$4.300 y 5.800 de millones.
La primera pregunta es ¿cómo puede ser eso posible? ¿No tiene el dueño, Corfo, las herramientas para evitar esta situación y de esa forma no quedar en una posición negociadora desmedrada frente a su arrendatario?
Se arguye que SQM podría dejar de alimentar las pozas que permiten, luego de un período de evaporación en torno a 18 meses, la producción de litio. Por tanto, a mediados de 2028, el arrendatario SQM, si decide no alimentar las pozas, deja a Corfo y al Estado en muy mal pie como para pensar en considerar otras opciones que pudiesen mejorar su retorno desde el salar en el período siguiente. ¿No está esta situación regulada en el contrato actual entre Corfo y SQM? Y aún si no lo estuviera, ¿No es esta otra razón muy poderosa para plantear una licitación que en sus bases establezca como condición a los actuales operadores del Salar de Atacama que para participar de la licitación deben entregar las pozas llenas?
Pero hay aún más elementos cuestionables. Este supuesto “Valle o Bache productivo” se explica en caso de que la producción en 2031 y 2032 sea aún a través de evaporación solar. Sin embargo, el avance de la tecnología de extracción directa (DLE) es acelerado, habiendo ya operaciones vía DLE en China. ¿En qué quedó la intención de que la explotación del Salar de Atacama iba a ser con nuevas tecnologías para evitar la evaporación? La DLE no puede excluirse de una evaluación económica post 2030 por lo que podría haberse organizado una licitación dando acceso a pruebas de la tecnología a los interesados. Hay aún casi siete años para hacerlo. Puede establecerse como condición para la asignación que se demuestre la operación comercial de DLE en el Salar de Atacama, asegurando así la continuidad operacional.
Lo anterior cobra aún más relevancia pues no se sabe cómo continuará el negocio del potasio que requiere evaporación solar y supone alrededor de US$1.000 millones anuales. ¿Es que el arrendatario no quiere avanzar con la DLE para no comprometer el negocio del potasio?
La influencia del factor ideológico
Sorprende qué los sectores más de izquierda estén dispuestos a aceptar un acuerdo directo que beneficia a una empresa con la que han tenido un especial encono. No es difícil deducir que es porque hay un objetivo político mayor tras este acuerdo, cual es el establecimiento de un vehículo estatal que deje instalado hacia el futuro el asunto político de si la minería -del litio en este caso-, debe ser estatal o privada.
No pudo ser la Empresa Nacional del Litio directamente, pero bueno es Codelco para este fin, aunque, como señala su desempeño actual, diste mucho de asegurar una buena gestión de los recursos.
Este es un tema sensible. La mirada del vaso lleno alabará las oportunidades de colaboración pública privada. La mirada del vaso medio vacío resentirá el riesgo de que esta sea una etapa previa a una estatización mayor. ¿Es esto lo que está detrás de haber sacado de negociación de las manos de Corfo y haberla traspasado a Codelco?
Corolario
El acuerdo permitiría por fin aumentar la producción de litio del país y mejorar la captura de renta para el Estado pero no es la mejor opción para capturar todo el valor del recurso para Chile. El mecanismo elegido, a través de Codelco, determinó que la cantidad por la que se entregan los recursos de litio en el Salar de Atacama hasta el año 2060 fue baja en relación a lo que debió haber sido. El extraño concepto del valle productivo y no haber considerado el avance las tecnologías de DLE explican esta situación, pero antes que eso fue el haber elegido un camino de negociación directo en vez de haber realizado una licitación que hubiera descubierto el verdadero valor de un recurso tan valioso.