Por Leticia del Pilar Campos Olivares. Académica del Departamento de Ingeniería de Minas, Universidad de Atacama
Cada 1 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día del Trabajador, una fecha que tiene su origen en el movimiento obrero y su lucha por las reivindicaciones laborales. ¿Pero qué exactamente conmemoramos el 1 de mayo? Bueno, recordamos una manifestación realizada en Chicago, Estados Unidos, en 1886, cuando más de 300.000 trabajadores de las fábricas de todo el país se declararon en huelga para exigir derechos laborales. En las pancartas de los manifestantes se podía leer: “Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño, ocho horas para la recreación».
En Chile el Día del Trabajador adquiere un significado especial, debido a las luchas históricas que han llevado a cabo los hombres y mujeres de la minería en defensa de sus derechos laborales, convirtiéndose en una expresión de la resistencia y la dignidad de los trabajadores.
Desde la primera huelga minera registrada en Chile en 1902 en la ciudad de Lota, donde los trabajadores de las minas de carbón exigían mejores condiciones laborales -donde se incluía, al igual que en la de Estados Unidos, contar con una jornada laboral de 8 horas, abolición del sistema de fichas y el fin del trabajo infantil-, se sentaron las bases para que las luchas obreras mineras se convirtieran en un símbolo por los derechos de los trabajadores del país.
«El Día del Trabajador es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del trabajo digno en nuestras sociedades; para construir un mundo en el que este esfuerzo sea reconocido como esencial para el bienestar colectivo».
Esto queda reflejado cinco años después, cuando los trabajadores mineros del salitre iniciaron una huelga en todas las oficinas salitreras al interior de Iquique, pero la represión del Presidente Pedro Montt pudo más, y en la Escuela Santa María de Iquique perdieron la vida más de 2.000 mineros. En esta huelga también se exigía la eliminación del sistema de fichas y la jornada laboral más reducida, pero se incluía además la lucha por la libertad de expresión y de la defensa de la educación popular.
Si bien no puedo hablar de todas las luchas sociales de los mineros en el país, debo destacar la Huelga de 1960 de los trabajadores del Cobre, en la cual exigían un aumento salarial del 25% y demandaban un mayor control sobre la producción del metal rojo, para poder disfrutar de las ganancias obtenidas por la industria minera, lo que sentó las bases para la nacionalización del cobre. Finalmente, en este día como no recordar al minero Nelson Quichillao López, muerto hace menos de una década en las manifestaciones por más seguridad laboral que exigían los trabajadores subcontratados en la División El Salvador, de la Empresa Cuprífera Nacional.
Estas luchas sociales en Chile nos dejaron mártires, hombres y mujeres valientes que sólo buscaban un mejor futuro para ellos y sus familias. Y en la actualidad, a pesar de la modernidad y el crecimiento del país, muchos trabajadores mineros siguen enfrentando desafíos en su lucha por un trabajo digno, a pesar de que la industria minera es uno de los principales motores económicos del país.
En definitiva, el Día del Trabajador es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del trabajo digno en nuestras sociedades; para construir un mundo en el que este esfuerzo sea reconocido como esencial para el bienestar colectivo, y para recordar y valorar las luchas históricas de los trabajadores, que han permitido que tengamos mejores condiciones labores; las cuales en este país se lograron en su mayoría, gracias al clamor de los mineros.
