Por Alejandra Molina Q. Gerente General de MINNOVEX AG
La minería ha sido y seguirá siendo un pilar central para el desarrollo de Chile. Nuestro país produce un tercio del cobre mundial. El sector minero representa el 15% del PIB chileno, 20% de los ingresos fiscales, y aporta el 30% de la inversión extranjera directa.
A nivel mundial, la industria minera experimenta el aumento de la demanda de cobre y otros metales, producto de la transición energética y la electromovilidad. Si Chile quiere mantener su posición de principal productor mundial de este mineral, debe aumentar la producción en las minas existentes y contar además con nuevos proyectos; sin dejar de hacerse cargo de los aspectos que ponen en riesgo su viabilidad y legitimidad: racionalizar y minimizar el consumo de agua y energía, mejorar su vinculación con las comunidades, minimizar su impacto ambiental, lograr una mayor inclusión femenina, y la atracción de nuevos y jóvenes talentos, aportar al desarrollo del ecosistema nacional de innovación y a la generación de encadenamientos productivos.
Nuestro país posee todas las condiciones para posicionar a la industria minera como principal motor de innovación y desarrollo tecnológico. Para lograr dicho cometido se requiere potenciar en las universidades la investigación aplicada a las problemáticas mineras, fortalecer las capacidades de innovar y propiciar el desarrollo de proveedores intensivos en conocimiento, que sean capaces de generar nuevas soluciones tecnológicas, escalables y exportables a otras industrias y países.
Vemos la innovación como un factor central para la generación de ventajas comparativas y competitivas en el mundo global; y en la medida que nuestro país avance en la creación de capacidades tecnológicas, lo hará también en el fortalecimiento de una economía basada en el conocimiento, proceso en el que la industria minera tiene un importante rol.
Pero debemos considerar que las compañías mineras en Chile poseen barreras para el ingreso de soluciones innovadoras, más aún si estas son de ecosistema nacional, que se explican al alto costo de falla, en la necesidad de minimizar los riesgos y asegurar la continuidad operacional de sus faenas ante posibles fracasos; pero sabemos que las mineras necesitan innovar para enfrentar los desafíos que enfrentan para ser más productivas y sustentables.
Vemos la innovación como un factor central para la generación de ventajas comparativas y competitivas en el mundo global; y en la medida que nuestro país avance en la creación de capacidades tecnológicas, lo hará también en el fortalecimiento de una economía basada en el conocimiento, proceso en el que la industria minera tiene un importante rol.
En Minnovex también vemos que es necesario que exista una mayor participación del ecosistema de innovación nacional en el desarrollo de los grandes proyectos de inversión, que es el lugar donde efectivamente se pueden introducir innovaciones de alto impacto y contenido tecnológico, donde se pueden producir procesos de transferencia tecnológica entre la Academia y proveedores.
Por ello, se deben generar espacios no transaccionales que permitan un trabajo colaborativo con su red de proveedores y la academia, que posibiliten ir consolidando las capacidades tecnológicas y científicas en nuestro país. Dicho proceso es de largo aliento, que requiere de recursos, acciones y programas capaces de empujar para lograr dicha meta, y donde vemos que es necesario que el Estado asuma un rol, apalancando y facilitando este proceso.
Todo lo anterior, nos permitirá contar con proveedores intensivos en conocimiento que desarrollan nuevas e innovadoras soluciones tecnológicas, escalables y exportables a otras industrias y países, con mayores capacidades de investigación y desarrollo de las universidades chilenas, aportando a diversificar la matriz productiva y con ello entregando más valor al país.
Como Minnovex hemos ido nucleando una diversidad de capacidades y conocimientos que existen en nuestro país – de startups, pymes y grandes empresas, que desarrollan productos y servicios intensivos en conocimiento al que hemos integrado a universidades y centros de investigación– que, están trabajando de manera colaborativa y asociativa, generando diversos proyectos y soluciones tecnológicas, y con ello contribuyendo a una minería más sustentable, productiva y segura.
