Pablo Zamora es conocido por ser uno de los fundadores de Not-Co, empresa que creó junto a dos chilenos (Matías Muchnick y Karim Pichara) y que hoy está avaluada en cerca de US$ 1.500 millones. Hoy ya no forma parte de la compañía y ocupa su tiempo a presidir Fundación Chile y ser parte del directorio del BancoEstado, cargos a los que fue destinado por el Presidente Gabriel Boric.
“No le pedí nada (al Presidente Boric), pero estaba muy llano a asumir responsabilidades vinculadas con mi trabajo y experiencia”, contó en una entrevista dada a Las Últimas Noticias. “Pienso que mi trayectoria puede ser un aporte a la investigación aplicada al desarrollo y con impacto económico”, agregó.
Según contó, mientras realizaba su post doctorado en la Universidad California campus Davis, asesoró a la Organización de Estados Americanos (OEA) en el desarrollo de ecosistemas de innovación y emprendimiento, aprovechando su experiencia laboral que va desde lo científico a la creación y puesta marcha de empresas.
“Hice el apostolado de ir aprendiendo cada uno de los eslabones de la cadena desde la generación conceptual, la investigación aplicada, la protección de la información, la estrategia de propiedad intelectual, el desarrollo de un modelo de negocios, el desarrollo de la escala operativa, ejecutarlo, venderlo y levantar capital para crecer”, detalló en la entrevista.
Sobre cómo se origina la posibilidad de dirigir Fundación Chile, su nombramiento se debe a que se busca reimpulsar la vocación de impacto de la institución. “Fundación Chile es un motor importante en el desarrollo económico y había la sensación de un tiempo a esta parte, de que el Estado había estado poco atento a la fundación”, contó.
Para Zamora, Fundación Chile es un referente a nivel latinoamericano ya que fue capaz de abordar de manera estratégica y dinamizar el ecosistema de innovación nacional. “Aquí se creó el primer venture capital de la región, que se llama Chile Golbal Ventures. La vocación de la Fundación ha sido abrir oportunidades para que diversos actores se beneficien de esas oportunidades y puedan desarrollar musculatura”, agregó. Además, dio como ejemplos el trabajo que se ha realizado con la industria salmonera, la dedicada a la energía solar, entre otras, y la primera red de inversionistas Ángeles de Chile, que apoya los emprendimientos desde etapas tempranas.
El ecosistema
Otros actores importantes del ecosistema de emprendimiento e innovación chileno son la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y las universidades, que se destacan por estar bien posicionadas en los ránkings y por contar con académicos que realizan investigaciones de impacto. “(La CORFO) como agencia de innovación logró convertir a Chile en un polo de atracción de compañías tecnológicas como es Start-Up Chile, referente internacional que tiene en su portafolio empresas chilena y muchas extranjeras que operan en Chile. Todo esto fue visionario porque somos un país con harto talento”, indicó en la entrevista.
Para el ejecutivo, dentro de ese ecosistema la misión de Fundación Chile es la de brindar apoyo. “Uno de los objetivos propuestos es apoyar a compañías tecnológicas en áreas de impacto, apoyarlas financieramente, desarrollar las competencias para desarrollar el trabajo del futuro, ayudar a la transformación digital”, especificó. “Corfo y otras agencias como la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que depende del Ministerio de Ciencia y Tecnología y Conocimiento, han impulsado incentivos para desarrollar este ecosistema de innovación”, detalló.
Y los recursos
Zamora opina que gracias al trabajo de esos actores se ha generado una “cultura de innovación”, que ha logrado mayor visibilidad por los incentivos y mecanismos que existen para potenciar los proyectos y emprendimientos. Sobre la posibilidad de cambiar el modelo de desarrollo, planteada por representantes del Frente Amplio, señala que “Chile tiene la virtud de contar con una naturaleza muy diversa que si es tratada correctamente, puede ser una muy buena fuente de ingresos, pero con valor agregado, tecnología y conocimiento”.
“Chile no puede darse el lujo de seguir importando tecnología para industrias como la minería del cobre”, enfatizó. “Deberíamos tener la audacia de generar competencias propias en nuestras universidades, centros tecnológicos y en las propias empresas para poder hacer mejores sistemas de explotación del cobre que luego podemos exportar”, agregó.
También explicó su postura sobre el extractivismo rentista. “Chile tiene que sentarse a pensar en qué quiere distinguirse. Somos líderes en cobre y ahora tenemos que pensar qué se requiere para ser líderes en tecnología de cobre y muchas otras industrias donde somos referentes”, ejemplificó. Y añadió: “No podemos renunciar al uso de recursos naturales con fines de desarrollo económico, pero sí debemos acompañarla con tecnologías propias que nos haga competitivos como país”.
-¿Tenemos que seguir explotando cobre?
Tenemos que hacer mejor cobre desarrollando investigación y desarrollar una nueva y mejor tecnología en colaboración con otros actores internacionales. Necesitamos una industria que desarrolle la tecnología de la industria del cobre para que luego podamos exportar esa tecnología.
-¿Qué otra área podríamos desarrollar además del cobre?
Creo que podremos ser líderes en hidrógeno verde, desarrollo de la nueva agricultura y alimentación. Chile se autoproclamó potencia agroalimentaria y tenemos un espacio para desarrollar tecnologías de cosecha, de post cosecha, desarrollo de nuevas variedades. Por ejemplo, Fundación Chile apoya un consorcio llamado Biofrutales que está desarrollando nuevas variedades para todos los cultivos de interés nacional.
-¿Es optimista respecto de nuestro desarrollo?
-Creo valioso que existan tomadores de decisiones que consideren plausible desarrollar una sociedad del conocimiento porque es urgente desarrollar más tecnologías, agregarles valor a nuestros productos y salir del comodite o recurso natural clásico. Todavía tenemos una inversión deficitaria en investigación y desarrollo.