Propuesta de Royalty desata críticas entre compañías mineras y expertos del sector; advierten diversos perjuicios para la actividad y el país

La industria minera recibió como un balde de agua fría el royalty diseñado por Hacienda, como parte de la Reforma Tributaria del gobierno; esto porque presenta condiciones más desventajosas que las que se habían logrado acordar a principio de año, en el proyecto que se discutía en el Congreso. 

Y si bien todavía no está del todo clara cuál sería exactamente la carga tributaria total con la que quedará el rubro; sí hay consenso en que estará muy por  encima de otras jurisdicciones mineras, despertando alarma por el impacto que puede tener en el desarrollo futuro de esta actividad.

Así lo ha manifestado el presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, quien advierte que el royalty propuesto va a desincentivar la inversión minera en Chile, “porque la carga tributaria total con que quedaría el sector es de al menos 55%; y con precios sobre US$3,7 por libra aumenta al 60%. Eso no es competitivo a nivel global, donde las tasas promedio están en un 40%”, enfatiza.

¿Por qué este aumento? La indicación presentada por el gobierno y el ministerio de Hacienda al Congreso tiene dos componentes. Uno ad valorem que se aplicará sobre las ventas anuales de cobre fino en forma progresiva, con tasas efectivas del 1% al 2% para las mineras que vendan más de 50.000 toneladas métricas de cobre fino (TMCF) al año y menos de 200.000 toneladas; y una tasa marginal del 1% al 7% para las que estén sobre ese rango, en función del precio promedio anual del cobre: un 4% entre US$ 2 y US$ 3 la libra, y 7% sobre US$ 3 la libra.

Además, los productores de más de 50.000 toneladas -que básicamente corresponden a la gran minería- deberán pagar otro componente sobre el margen minero, aplicado sobre la renta imponible operacional minera ajustada, con tasas de entre un 2% y un 36%.

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“Si sólo están pensando en recaudar lo que necesita este gobierno para financiar su programa, puede ser una reforma exitosa; pero si se piensa en el país a largo plazo, es un proyecto mal estructurado, ineficiente y arbitrario, porque solo aumenta el impuesto a la gran minería del cobre”, cuestiona  Joaquín Villarino.

AD VALOREM

El componente ad valorem es uno de los que concentra las críticas de la industria y analistas, porque señalan que al discriminar por volumen de producción, castiga al que produce más y desincentiva aprovechar economías de escala.

“Este impuesto está pensado para aumentar el gravamen de las cuatro o cinco mayores minas privadas de cobre, que son las que más han invertido y confiado en la estabilidad del país”,  puntualiza  José Joaquín Jara, académico de la Universidad Católica y director del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco).  En este grupo de faenas mineras se encuentran Escondida -la mina que produce más cobre en el mundo-, Collahuasi, Los Bronces y Los Pelambres, y al que se sumará Quebrada Blanca cuando complete  su millonaria ampliación: Fase 2.

Para Juan Ignacio Guzmán, gerente general de la consultora GEM, al tratar de maximizar la recaudación fiscal, el gobierno olvida que al cambiar las reglas del juego, las empresas probablemente van a hacer las cosas distintas. “Lo que se haga hoy día va a generar que la torta (de recaudación) en el tiempo se vaya reduciendo. El Estado va a tener una fracción mayor, de una torta cada vez más chica”, sostuvo.

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PREOCUPACIÓN EN COMPAÑÍAS MINERAS 

Las empresas mineras también están manifestando su preocupación por esta iniciativa, especialmente por el impacto que puede tener al desincentivar futuras inversiones. Así lo señalaron desde BHP -grupo minero que controla Escondida-. en declaraciones a El Mercurio.

«Tenemos serias preocupaciones (..) Si el royalty propuesto se materializa, tendríamos que reevaluar nuestro plan de inversiones para Chile», manifestaron fuentes de la mayor empresa minera del mundo. Cabe recordar que en el marco de la Semana Cesco, realizada en Santiago en abril pasado, Rag Udd, presidente de BHP Minerals Americas, anunció que pretendían invertir unos US$10.000 millones adicionales en Chile, si existían las condiciones adecuadas, como estabilidad fiscal, certeza jurídica y un camino claro para la obtención de permisos.

Desde el grupo minero  indicaron que  la propuesta del Ejecutivo dejaría al país con las más altas tasas impositivas, en comparación con otras jurisdicciones mineras relevantes, como Perú, Australia o Canadá. “Chile podría perder la oportunidad de ser protagonista mundial en la producción de cobre, en un mundo que demanda cada día más este metal para los esfuerzos de descarbonización”, agregaron..

VISIÓN DE LOS ANALISTAS

Entre los analistas del sector también hay críticas al royalty propuesto. En general  se esperaba que la nueva reforma tributaria recogiera el texto que está hoy en el Senado, que moderó disposiciones que en el trámite constitucional en la Cámara de Diputados disparaban la tributación de la industria minera a un rango del 65% al 95%.

Para Alicia Domínguez, socia del área Impuestos de EY, el componente ad valorem afecta a la primera línea y es muy oneroso porque no depende de las utilidades de la compañía, sino solo de sus ventas brutas, sin atender a la heterogeneidad de los costos en el sector.

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“Es un nuevo costo a la explotación”, plantea Juan Pablo Guerrero, socio de Tax & Legal de KPMG, agregando que las compañías de la gran minería son de altos costos e intensivas en inversión, como tecnología y maquinaria, por lo que un escenario de bajo precio del cobre “puede pegar fuerte en los resultados de aquellas con altos costos de producción y márgenes pequeños”, comentó.

Sobre el componente asociado a la rentabilidad operativa, donde las tasas progresivas pueden llegar hasta un 36%, dependiendo de los precios del cobre, Guerrero subraya que si el régimen vigente no permite deducir de la Renta Imponible Operacional Minera la depreciación acelerada de los activos fijos, la nueva fórmula ni siquiera posibilita la depreciación lineal, lo que a su juicio podría desincentivar la inversión en activos fijos y tecnología. 

Alicia Domínguez añade que en el actual sistema, la progresividad de las tasas del impuesto depende del margen operacional de cada minera; mientras que ahora se propone una progresividad de tasas que depende del precio, lo que no considera la heterogeneidad de costos de cada operación minera. 

Es muy probable que Chile quede en el tope del ranking de carga tributaria minera. Porque no solo hay que considerar el royalty −cuantitativamente lo más significativo−, sino también los demás cambios de la reforma tributaria; por ejemplo, la limitación en el uso de las pérdidas tributarias acumuladas para efectos del impuesto corporativo”, concluye la socia del área Impuestos de EY.

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