Identificando los insumos y servicios más contaminantes, la iniciativa pretende reducir las emisiones asociadas a la industria.
Importantes actores de la industria minera se han puesto como meta el lograr la carbono-neutralidad entre el año 2040 y 2050, y es en esa línea que la Corporación Alta Ley, el Banco Internacional del Desarrollo (BID) y el Clúster Mimerno Andino (SAMMI) firmaron un inédito proyecto que tiene como objetivo avanzar hacia una minería del cobre de bajas emisiones.
El acuerdo se concretó a inicios de este año, y con este se pretende analizar en profundidad el scope o alcance 3 -uno de los tres componentes de las emisiones- en la región Andina, que incluye Colombia, Perú y Chile. Lo anterior para comprender la huella de carbono de los gases asociados a la cadena de abastecimiento de insumos y servicios del sector minero.
Cuantificar y reducir la huella
Según detalló Víctor Pérez, Líder de Minería Verde de la Corporación Alta Ley, la primera fase del proyecto consistió en describir y cuantificar lo que involucra el alcance 3. “Lo que hemos hecho ha sido identificar qué procesos son los más intensivos para la minería y cuáles son los insumos que participan de esos procesos, de manera de tener un ranking y un foco de análisis y potencial gestión en las cadenas de abastecimiento de las mineras de cobre. Esto es fundamental para cuantificar y reducir la huella de carbono en todos sus alcances”, destacó.
Sumado a esto, se elaboró un mapa de los procesos mineros que se realizan en las minas de la región asociados a la línea de óxido y la línea de sulfuro, para así determinar la lista de insumos críticos de cada uno de ellos.
“Al entender estas fases, podemos influenciar mejoras en la producción y en las políticas públicas de la región andina y hacer una alianza estratégica con los proveedores para poder mitigar su huella ambiental y en consecuencia la huella ambiental del cobre que producimos, considerando que esta región es responsable de más del 40% de la oferta minera del cobre a nivel mundial”, explicó Víctor Pérez.
Con los resultados de los análisis anteriores, se pudo determinar el consumo de cada insumo o servicio, con lo que se confeccionará una calculadora que logre determinar el peso específico de cada uno para una unidad de referencia, que en este caso es la tonelada métrica fina de cobre.
“Este es un proceso que nunca se ha hecho en el mundo a nivel de cobre porque es muy complejo”, afirmó Pérez, quien indicó que espera que con el tiempo se vayan sumado nuevos actores, para así “seguir profundizando este ejercicio de manera de gestionar de manera integral la huella de carbono de cobre que producimos”.
Lo anterior, con el objetivo de que se tomen compromisos para que la carbono neutralidad que busca el país y la minería del cobre se logre de manera conjunta en tiempo y forma.