El precio del cobre sigue aumentando y rompiendo récords históricos en lo que va del año. No se descarta que el alza continúe dado el contexto internacional, caracterizado por inventarios reducidos en las bolsas de metales y el riesgo de que la oferta mundial no cumpla con las expectativas de demanda.
En su último reporte, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) elevó la proyección del precio promedio para este año, pasando de US$3,95 la libra a US$4,40 a libra, mientras que para 2023 subió la estimación de US$3.80 a US$3.95. La razón es evidente: la guerra entre Rusia y Ucrania. Según la ministra de Minería Marcela Hernando, este conflicto ha contribuido a la incertidumbre y a la sensación de que hay escases del metal.
En este escenario de altos precios -el cobre se está transando en US$4,66157 la libra-surgen dudas respecto a las posibilidades que tienen Chile y Perú, los dos mayores productores cupríferos mundiales, de beneficiarse de este boom. Sobre todo, porque los inversionistas mineros permanecen atentos al devenir político de ambos países.
Según la encuesta anual de empresas mineras y de exploración que elabora el Instituto Fraser, Chile retrocedió en el ranking de los países más atractivos para invertir pasando del lugar número 30 al 31 en su versión 2021. Perú, en tanto, descendió varios puestos pasando del 34 al 42.
En 2018 Chile se ubicó en la sexta posición, pero fue perdiendo competitividad. Al año siguiente llegó al puesto 17 y en 2020 bajó hasta el 30. El estudio explica que luego de haber sido el país con mejor desempeño en la jurisdicción de Latinoamérica, Chile cayó 14,2 puntos en su registro de política (una caída de 17%).
El descenso se enmarca en los procesos que ha vivido el país, como el que está realizando la Convención Constitucional, la reforma tributaria y el proyecto de Royalty Minero. Perú, por su parte, ha enfrentado una ola de manifestaciones, paros y bloqueos que han derivado en una grave crisis política y social.
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, comentó a Emol que si bien el auge del cobre y otras materias primas es una oportunidad para atraer inversiones, el problema es la inestabilidad política. Según su opinión esto sería la razón de que “las decisiones de inversión en minería se vean dilatadas y en algunos casos hacen que los inversionistas consideren otras jurisdicciones en su mapa de decisiones».
Una opinión distinta tiene Jorge Cantallopts, director de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco, quien señaló que «la incertidumbre global no es muy distinta de la incertidumbre local que están viviendo los países. El proceso de transformación, de modificaciones y ajustes y modernización, que están viviendo los países creo que responden a las necesidades, por lo tanto, es difícil decir que se estén perdiendo oportunidades».
«Obviamente si se hacen inversiones hoy día nadie asegura que de que vayan a capturar un porcentaje importante de los precios actuales. Lo que sí creo es que hay que avanzar en generar la mayor cantidad de certezas posible para aprovechar los beneficios que está entregando la escasez del mercado, pero es difícil decir que hay una pérdida de oportunidad», declaró.
En contraposición, Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), está convencido de “que va a faltar cobre”. Su opinión es que el precio seguirá al alza porque el aumento de la oferta está reaccionando en forma lenta. “El mercado está favorable a que se hagan proyectos, o sea hay demanda por ejecutar más proyectos, tanto en Chile como en Perú, que entre los dos somos más del 40% de la producción mundial, hay una cartera de proyectos que es competitiva y que podría ejecutarse. Pero la coyuntura política y la incertidumbre en ambos países ha hecho que las empresas todavía no tomen decisión de ejecución de proyectos. Me refiero a proyectos nuevos, grandes», acotó.
Hay o no competitividad
En octubre del año pasado el Centro de Estudios del Cobre y Minería (Cesco) junto a la consultora minera Vantaz Group publicaron la última versión del índice Señales de la Minería, que recoge las expectativas del sector de Chile y Perú. En el caso de nuestro país, el sondeo reveló que las perspectivas que bajaron a terreno pesimista, alcanzando un valor de 37,8 puntos versus las 51,0 unidades de abril de 2021.
El indicador contempla variables como la situación económica, social, regulatoria y ambiental; además de la industria, es decir, el precio, la demanda, producción, insumos, empleo e inversión. Sobre esto, Daniela Desormeaux, directora de estudios de Vantaz Group, señaló que «uno de los principales desafíos de la minería es mantener la competitividad. Estamos siendo favorecidos por un ciclo favorable en precios, creemos que eso se va a mantener, pero obviamente con alzas en costos, con depósitos menos atractivos en el caso de Chile, y con entorno político más incierto, eso resta competitividad».
Además, afirmó que “toda la situación que se está viviendo en términos políticos, de incertidumbre, con respecto al cambio en el entorno regulatorio y de impuestos genera una mayor aprensión, y puede que hayan decisiones de inversión que se queden esperando. Entonces, en el margen uno podría ver cierto atraso en la toma de decisión de inversiones de proyectos de largo plazo”.
Lo que sí, dijo que “en la medida que haya certeza y mayor estabilidad, creo que es un momento favorable en términos de los mayores usos que tiene el cobre en el caso de transición energética, electromovilidad, entonces, obviamente hay que sacar provecho de eso”.
En ese contexto, Guajardo advirtió que en Chile “el proceso constitucional va a cambiar el marco institucional, queda por ver con qué profundidad. Si el cambio es demasiado radical, la inversión será difícil de atraer”. Sobre Perú explicó que “la profunda crisis política que se arrastra desde hace más de tres décadas y los conflictos de la minería con las comunidades, son los principales factores que estarían impactando en sus inversiones”
No obstante, destacó que “ambos países cuentan con una gran capacidad instalada además de las ventajas geológicas, están bien posicionados. Queda por ver si podrán ofrecer las otras condiciones necesarias en materia política e institucional para que se desarrolle el negocio minero, y en ello hoy existen incertidumbres que deben ser resueltas”.