La Vicepresidenta Sudamérica de Teck destaca que en los próximos años, la nueva fase operacional de Quebrada Blanca, recientemente inaugurada y en etapa de ramp up, va a generar un crecimiento de 17% del PIB de la Región de Tarapacá.
Amparo Cornejo destaca el desafío que representó la segunda fase operacional de Quebrada Blanca, recientemente inaugurada, pues involucró tres proyectos en paralelo: la planta concentradora, toda la línea de concentraducto y el puerto y la planta desalinizadora. “Fue una inversión muy alta, eso generó un encadenamiento productivo muy virtuoso en la Región de Tarapacá. Hemos podido establecer que en los próximos años la operación de QB genere un crecimiento del 17% del PIB regional. Un impacto muy fuerte”.
Pero agrega que no solo ha sido relevante en términos de recursos, generación de empleo (durante la construcción trabajaron más de 20.000 personas) y encadenamiento productivo regional, sino además “por otros aspectos que no siempre se ven, que tienen que ver con la cultura canadiense, basada en la inclusión y la diversidad”. Es así como actualmente la faena cuenta con un 30% de participación femenina. Pero “sobre todo -subraya- en aspectos que tienen que ver con el relacionamiento con las comunidades locales y en especial con los pueblos originarios”.
En cuanto al rol que tiene la industria minera, su mensaje es claro: “Creo que tenemos que seguir trabajando y atrayendo mayor inversión extranjera, para que Chile pueda contribuir a la descarbonización (global) pero sobre todo, para que nuestro país se beneficie de ese proceso tan transformador”.
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