Por Cristóbal Correa Echevarría, abogado
Las reformas al sistema de permisos avanzan a paso firme en el Senado, lo que es una buena noticia para Chile, pero cuidado, estos cambios no serán la solución al problema de la eficiencia del aparato estatal en esta materia.
El Ejecutivo presentó dos indicaciones referidas a las concesiones marítimas y los permisos arqueológicos, dos grandes dolores de cabeza del sistema. El diagnóstico termina por perfeccionarse: no son todos los permisos, ni todas las agencias.
Poniendo el foco en las concesiones marítimas y en el Consejo de Monumentos Nacionales, se asegura que los esfuerzos por mejorar el sistema apuntan en la dirección correcta, pero solo el trasladar un trámite de un ministerio a otro no es la única medida que puede mejorar la eficiencia y tampoco la creación de una instancia revisora del CMN es prenda de garantía de una gestión más ágil.
El anuncio sobre la reforma al CMN lo conocemos la misma semana que la Contraloría informó de una auditoría al organismo, la que entregó resultados sobrecogedores: la acumulación de un total de 3.752 resoluciones pendientes en dos años y medio para abordar proyectos en zonas y recintos bajo su tuición. De ellas, 704 corresponden a obras públicas que, para partir, están aguardando hasta 878 días que se pronuncie el organismo.
La información de la Contraloría surge tras una serie de reclamos ante la indefinición de los plazos que se toma el CMN para resolver requerimientos de autorizaciones, en especial con fines de obras públicas, para intervenir Monumentos Históricos, Santuarios de la Naturaleza, Zonas Típicas y de la necesidad de realizar labores de prospección o excavación arqueológica y paleontológicas.
Lo más grave es que la Contraloría estimó que la situación no se aviene con la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de Administración del Estado que impone a los organismos públicos actuar con proactividad, simplificando y agilizando trámites, e inició un sumario para establecer responsabilidades.
Las promesas de reforma del Ejecutivo se han centrado en reducir en un 30% los tiempos de tramitación, pero ni aun así estos dos permisos claves (concesiones marítimas y permisos arqueológicos) cumplirán con los plazos legales.
Específicamente sobre el Consejo de Monumentos Nacionales, habrá que estar muy atentos al contenido y concreción de las indicaciones anunciadas por el Ministerio de Hacienda en conjunto con las carteras de Cultura y Bienes Nacionales. Son diversos los actores que están esperando un cambio real en esta materia, uno de los grandes “cuello de botella” en la actualidad.
Se necesita más y mejor gestión y las propuestas conocidas, si bien apuntan en la dirección correcta, no son suficientes. No hay más excusas, los permisos no pueden ser una maraña insalvable que paralice el desarrollo de Chile.